La aprobación de los presupuestos y el debate sobre el estado de la ciudad son los dos plenos capitales a los que se enfrenta cualquier equipo de gobierno al frente de una administración local, siendo de mayor trascendencia política este último tipo de sesiones en las que se examina la gestión municipal, y más cuando a la vuelta de la esquina se encuentra la cita electoral como la de mayo. En la jornada de ayer, María Vázquez, que se enfrenta a su primer debate sobre el estado de la ciudad como alcaldesa y los suyos, así como los representantes de la oposición, permanecían horas encerrados preparando el discurso oportuno con el que encumbrar lo hecho, por el lado del PP, o restar méritos y proyectar la otra realidad de la perspectiva de los grupos de la oposición.

Unos y otros han recapitulado. Cada concejal responsable de área ha dado cuenta a la alcaldesa de las acciones que ha venido llevando a cabo, una lista de proyectos sociales y obras de la que la regidora dará cuenta al Plenario y, por ende, a la ciudadanía en aras de convencer sobre los avances de Almería capital como la pronta terminación de las eternas obras de la Casa Consistorial o los trabajos de mejora, ejecutados y en ejecución, en el entorno del conjunto monumental de la Alcazaba. Obras que vendrán a sumarse a iniciativas como la puesta en funcionamiento del edifico Alma, por ejemplo, o hasta el embrollo, de momento resuelto, de la integración de las vías del tren a su paso por la ciudad.

Es el soterramiento uno de los asuntos fieles a este tipo de debates en los que se examina el equipo de gobierno, a celebrar, al menos, en dos ocasiones a lo largo de la legislatura. El AVE fue precisamente protagonista en el debate sobre el estado de la ciudad que convocó, en junio de 2021, Ramón Fernández-Pacheco, en un momento, el de pandemia, que dejaba su huella en el Salón Noble.

Junto a las comunicaciones, especialmente la ferroviaria, Almería nunca se ha visto libre en el último cuarto de siglo de la prueba del algodón. La limpieza, o la suciedad según el cristal político por el que se mire, ocupará otra parte de los discursos de la oposición. Suele ser una constante en las sesiones plenarias, si bien las ganas de barrer fueron notables recientemente. En el pleno de octubre, los servicios relacionados con el mantenimiento, entre los que se incluyen también las zonas verdes de la capital, llegaron a poner en un aprieto al equipo de gobierno, en un intercambio de impresiones que claramente se convertía en un auténtico debate sobre el estado de la ciudad, centrado, no obstante, en la gestión del área de Sostenibilidad Ambiental, de la que depende también otro tema permanente en esta legislatura: el agua y el conflicto entre las extracciones de la desaladora y el acuífero del Bajo Andarax. Tampoco faltará esa “Almería de dos velocidades” en referencia a la atención del centro y las necesidades de la periferia a los que suele referirse la oposición.