La fórmula policial contra el botellón no repetirá en esta Feria del Mediodía

El férreo dispositivo policial que el Ayuntamiento de Almería desplegó en la Feria del Mediodía para erradicar el pasado año la molesta proliferación de botellones por todo el centro de la ciudad no volverá a aplicarse en esta edición de las fiestas en honor a la Virgen del Mar.

Es la decisión adoptada por el alcalde de la ciudad, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, quien considera ya innecesario repetir esta fórmula al contener el Ayuntamiento los botellones y esperar que los jóvenes no recuperen de forma masiva el sancionado hábito de consumir alcohol en la calle.

Esto no significa que el Consistorio vaya a bajar la guardia, ya que seguirá vigente la orden de multar tanto a aquellos que organicen botellones, como a los establecimientos que dispensen bebidas alcohólicas para su consumo fuera del propio local o de las zonas anexas autorizadas. Según ha explicado el alcalde, el dispositivo de seguridad para la Feria del Mediodía de este año se suaviza y será "normal".

La decisión, que el regidor desgranará hoy en la presentación oficial del programa de fiestas prevista para esta mañana, será bien recibida sin duda por los partidos en la oposición (y también sin representación en el Ayuntamiento de la capital como el PAL), que el pasado año criticaron el exceso de agentes en el centro de la ciudad hasta el punto de hablar de represión.

No fueron los únicos. Una encuesta elaboradora por Elalmeria.es ponía de relieve la satisfacción de la opinión pública por haber conseguido hacer desaparecer la mala imagen de las fiestas aportada por las vomitonas y orines en la vía pública, si bien un 69% de los encuestados culpaba a la prohibición de beber alcohol en las calles y a la fuerte presencia policial de la pérdida de afluencia de la Feria del Mediodía y a la desaparición del ambiente festivo. Y no a la crisis económica.

No obstante, los resultados de las intervenciones policiales en 2008 apuntaron hacia este último posible motivo. Los agentes efectuaron 1.500 intervenciones, la mitad que en la Feria de 2007, y en su mayoría estuvieron motivadas por infracciones de tráfico.

Otro punto flaco de la organización de la pasada edición en cuanto al plan de seguridad, criticado por feriantes, caseteros y políticos, fue la escasa presencia de los agentes de la policía en los barrios de la capital durante el día y, por la noche, en el recinto ferial.

El dispositivo de este año permitirá una mejor redistribución de la Policía para cubrir la seguridad de los barrios y la vigilancia del real de la avenida del Mediterráneo.