Un portal de Belén... ¡de basura!

En el portal de Belén hay estrellas, sol y luna, la Virgen y San José y el niño que está en la cuna, dice el famoso villancico. Pero en el caso del belén reciclado que ha instalado Vera esta Navidad, el niño no está exactamente en una cuna, sino en una carretilla de obra antigua. Y la Virgen y San José están fabricados con diferentes residuos, al igual que el buey, la mula y todo portal. Y es que casi cualquier objeto de los que habitualmente llenan los contenedores de la basura - o en los peores casos, habitan en solares y descampados- puede tener una segunda vida.

La Concejalía de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Vera, encabezada por Francisca García, ha querido aprovechar las fechas navideñas para lanzar un mensaje ecológico y concienciar a los vecinos sobre la importancia de reciclar, reutilizar y reducir los residuos. Lo ha hecho de una forma muy original, usando todo tipo de materiales encontrados en la calle para dar forma a un belén que durante todos estos días decorada la plaza de Los Cuatro Caños, un entorno espectacular que se pone en valor de esta forma.

Ruedas, garrafas de plástico, botellas de plástico, chapas, trozos de CD, gomas de riego, palés, tubos de fontanería, carretilla de obra, periódicos, latas, arandelas de riego, tolva de gallinero, tubos de estufa, ruedas de bicicleta, maderas de ventanas viejas o, incluso, algunos juguetes rotos están integrados en el portal reciclado para dar forma a los personajes y el pesebre.

El belén, realizado a escala natural, cuenta con las cinco figuras principales: el niño, la Virgen, San José, el buey y la mula. Para confeccionarlo, un grupo de seis voluntarios, la mayoría mujeres, han dedicado decenas de horas durante dos meses, asistiendo a un taller en la Casa de la Cultura dos días en semana.

El portal ha sido diseñado por Mónica Motos, quien ha dirigido el taller en el que se ha elaborado. Las manos de estos artesanos de los residuos han conseguido convertir garrafas en piedras, tubos de riego en cañas, ruedas de coche en asientos, o trozos de CD en una luminosa estrella fugaz. Todo ello, claro está, con mucha imaginación y horas de trabajo. El resultado, expuesto junto a la Fuente de los Cuatros Caños, sin duda merece todo el esfuerzo.