Los primeros en buscar la verdad

En ellos empieza todo. Son quienes se topan con la primera cara de cada crimen. En esta ocasión, los nombre son Josefina Martín Hernández-Carrillo y Guillermo Agüero. Ellos tuvieron en sus manos los cuerpos de Montserrat Fajardo y de Antonio Torres, la niña asesinada y su tío que apareció ahorcado; dieron las primeras pistas a los agentes de policía. Diez años después han recordado lo que vivieron; aunque desde entonces han hecho cientos de autopsias, ese crimen sigue presente en sus memorias.

Josefina Martín acababa de ver "una película de miedo, que me hizo llegar a casa con una sensación rara; estaba convencida de que no debía haberla visto. Me llamaron a la una de la madrugada, fui y me encontré el cuerpo de la niña en una caja de cartón , muy desfigurado, como si la hubieran rociado con ácido".

Una de las primeras actuaciones sobre el cadáver fue "la de practicarle un test de agresión sexual que dio negativo; después realicé la autopsia". Aunque "se trataba de una más de las que había hecho, al ser de una niña, siempre te impresiona más, tardas en olvidarla a pesar del tiempo".

Al día siguiente, cuando Martín hacía poco que se acababa de acostar, le tocó el turno a Guillermo. Antonio Torres había aparecido ahorcado. "Lo primero que tuve que determinar es si la muerte se había producido de manera voluntaria, algo que quedó completamente demostrado. No había signos de lucha y además, la ropa que llevaba puesta tenía restos de la materia del árbol, lo cual indicaba que había trepado al mismo de una manera voluntaria".

La profesionalidad y responsabilidad se impone a sus sentimientos, aunque tampoco los ocultan. Son ellos quienes deben encauzar la investigación y lo saben. Se aíslan hasta de la presión ejercida por unos medios de comunicación que ni siquiera miran. Sólo están ellos y el cuerpo que les dirá lo que oculta para la mayoría. La coordinación con la policía "es absoluta siempre; la colaboración es perfecta".

Están lejos de la imagen que ofrecen las series de televisión. No son héroes; son personas como nosotros y a pesar de que Guillermo Agüero asegura que "de estos casos se acuerda más mi mujer que yo", sin duda ninguna no todos los días tienen entre sus manos un caso como el asesinato de Montse Fajardo. Ellos ayudaron y mucho a poner lógica, pies y cabeza a unos hechos que no la tenían, así como nombres y apellidos a quienes lo realizaron.