La procesionaria arrasa Almería de punta a punta
plaga
Aunque la Junta ya ha comenzado a trabajar, zonas como Los Filabres sufren una plaga nunca vista hasta ahora
La sequía y la dilatación de las estaciones por el calor, claves
Almería sufre desde hace más de un lustro una inmensa plaga de procesionaria. La provincia de Almería registra ya numerosos años con pocas precipitaciones y aumento en la tempertura. Este clima provoca que las estaciones templadas se alarguen en el tiempo. El verano gana espacio y, por tanto, sus temperaturas características. Y eso trae consigo una serie de modificaciones en el ciclo de vida de las plantas y, también, en el de los animales.
Y es por ello que las plagas se hacen cada vez más patentes. Estos ‘invitados’, años atrás aparecían durante sus meses habituales y se marchaban. Pero ahora alargan sus estancias debido a que el clima acompaña a sus característica de vida, caso de la procesionaria. Las repoblaciones de la provincia (un 85% de toda la plantación de pinar que existe), la sequía y, durante los últimos años, unos inviernos con temperaturas suaves les están viniendo como anillo al dedo; anticipan y alargan su reproducción. “Los ataques de procesionaria y de otras plagas y enfermedades pueden contribuir a la muerte del arbolado, aunque casi nunca tendrían ese final de no existir estas condiciones climáticas tan excepcionalmente adversas”, apunta Emilio González, de Serbal.
Reconocible por sus llamativos nidos de seda blanca instalados en los lados soleados de los árboles, la procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) es un lepidóptero cuyas larvas se desarrollan durante el invierno. Si durante esta estación no se alcanzan temperaturas lo suficientemente bajas, el número de larvas supervivientes resulta ser mucho mayor. El efecto combinado del aumento de la temperatura y de la disminución de la humedad del suelo como consecuencia del aumento de las sequías, puede llegar a adelantar la emergencia de las polillas, ampliando el alcance y la virulencia de la plaga.
En Almería, la procesionaria está presente en toda la provincia, desde el Nacimiento hasta Los Vélez, aunque es en la Sierra de Los Filabres donde se ha hecho más fuerte. El pulmón de la provincia de Almería sufre la peor plaga que ha registrado. Hay pinos con hasta con medio centenar de nidos. Y durante el verano, época mas propicia para la procesionaria, el número era incluso mayor.
Sin embargo, lo verdaderamente curioso es que la procesionaria aguante prácticamente hasta final de año.
Para comprobar cómo de veloz está afectando el incremento de temperaturas y el descenso de precipitaciones a las masas forestales, los investigadores del Departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad de Córdoba evaluaron la situación de los pinares más al sur de Europa, concretamente los de los Filabres.
A partir de mediciones en los anillos de los árboles y otras técnicas, los científicos identificaron el comportamiento de estas coníferas en periodos de sequía importante. En el interior de los troncos se conservaban, como tatuajes, los efectos de la ausencia de lluvias de 1994 y 1995, 1999 y 2005. Cuando faltaba el agua, la competencia entre los individuos era feroz por el recurso más limitante, el agua. Todos iniciaban una pugna por este recurso fundamental.
La directiva europea de uso sostenible de los productos fitosanitarios prohibe desde 2012 en España llevar a cabo fumigaciones aéreas salvo casos excepcionales, así que las administraciones regionales no pueden aprobar planes contra la oruga procesionaria . De ahí que desde la delegación de Medio Ambiente de la Junta hayan confirmado a Diario de Almería que no hay previsto ningún tipo de trabajo al respecto. La prohibición legal está justificada porque la aplicación aérea “puede causar efectos negativos significativos en la salud humana y el medio ambiente”, según recoge la directiva europea de uso sostenible de estos productos redactada en 2009.
El texto indica que esta pulverización “debe prohibirse” de forma general, acotando bastante la posibilidad de utilizarse en casos de especial necesidad. España incorporó la norma en 2012 mediante un decreto ley: “Se prohiben las aplicaciones aéreas de productos fitosanitarios”, redactó el Ministerio de la Presidencia. Pero abrió la puerta a que pudieran aceptarse “en casos excepcionales” para cuando no haya “alternativa técnica y económicamente viable”. Estas “autorizaciones excepcionales” son las que la dirección general de Sanidad de la Producción Agraria ha estado firmando habitualmente. Al poco de entrar en vigor el real decreto, la patronal de las empresas de trabajos aéreos (Aeca-Helicópteros) se quejó de que la aplicación de la normativa les dejaba “al borde de la quiebra”.
La Junta trabaja para reducir el impacto
La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía ha iniciado tratamientos aéreos para el control de la procesionaria del pino en las provincias de Almería, Cádiz, Huelva, Málaga y Sevilla en el marco de sus competencias en conservación y gestión de los recursos naturales que albergan las formaciones forestales.
El Plan de Lucha Integrada contra la procesionaria del pino contempla actuaciones de tratamiento con medios aéreos en aquellas zonas extensas donde la infestación es elevada y no existe otro método de tratamiento alternativo. Esta situación se da en casi 55.000 hectáreas del total de 770.000 de pinar y de estas 55.000, algo menos de la mitad (25.690 hectáreas) corresponden a pinares con uso social y recreativo que, tal y como apunta el departamento de Equilibrios Biológicos de la Consejería, es el principal afectado por el carácter urticante de las orugas de procesionaria.
El departamento prioriza la actuación de tratamiento en aquellos pinares donde la plaga produciría un mayor perjuicio en su aprovechamiento para dar protección a la salud de las personas y favorecer el uso recreativo de los pinares. Así, la superficie que se va a tratar con medios aéreos comprende 9.620 hectáreas, localizadas en su mayoría en el Espacio Natural de Doñana (con 3.940 hectáreas susceptibles de este proceso) y en la provincia de Sevilla (donde se van a tratar un total de 3.380 hectáreas). El resto de hectáreas están repartidas entre Almería, Cádiz y Málaga.
Los técnicos especialistas de la Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad son los encargados de coordinar estos trabajos atendiendo a los protocolos recogidos en el Plan de Lucha Integrada. Para desarrollar esta labor, el equipo cuenta con una aplicación informática desarrollada por la propia Consejería denominada 'Coplas', que permite realizar el seguimiento de los tratamientos fitosanitarios aéreos a través de unos dispositivos electrónicos ubicados en los aviones. Las 'cajas Copla' registran el trayecto de las aeronaves durante los vuelos de tratamiento y el caudal de producto vertido en la fase de descarga para que, una vez concluida la aplicación, el personal de la Consejería pueda procesar toda esa información mediante un sistema de información geográfica que permite conocer en detalle el área tratada y el porcentaje de cobertura logrado frente a lo planificado.
El insecticida biológico empleado en estas actuaciones supone un reducido impacto sobre la fauna auxiliar por su especificidad y reducida persistencia en el medio ambiente y, en cuanto al resultado del tratamiento, los técnicos insisten en que su éxito está condicionado por el desarrollo del insecto, ya que la efectividad es máxima cuando coincide su aplicación con las etapas larvales iniciales.
También te puede interesar
CONTENIDO OFRECIDO POR DIPUTACIÓN DE ALMERÍA