La profesionalidad le costó la vida

El lado oscuro de Almería

Dos disparos a quemarropa acabaron con la vida de un agente de la Guardia Civil en el municipio de Fines · Acababa de recriminar a un cazador furtivo que llevase la escopeta cargada en el pueblo

La profesionalidad le costó la vida
La profesionalidad le costó la vida
José Ángel Pérez / / Periodista

02 de enero 2012 - 01:00

LA mañana del 5 de julio de 1994 un agente de la Guardia Civil, de paisano y que se encontraba libre de servicio, José Romero García de 45 años de edad, casado y padre de dos hijos de 14 y 19 años murió en el término municipal de Fines tras ser alcanzado por dos disparos de escopeta efectuados a quemarropa por un cazador furtivo.

José Romero García adscrito a la plantilla del acuartelamiento de Olula del Río desde el año 1988, le recriminó al cazador que llevase el arma cargada dentro del pueblo y lo amonestó por encontrarse cazando en la denominada zona de seguridad de la población. El terrible suceso ocurrió poco después de las seis y media de la mañana, cuando el agente momentos antes había llegado a Fines en su automóvil con objeto de visitar a su hermano residente en el barranco de San Francisco de esta localidad, para hacerle unas consultas de índole familiar ya que se encontraba saliente de servicio y contaba con permiso reglamentario para dirigirse a su pueblo de nacimiento.

El guardia civil y su hermano caminaban por las afueras del pueblo cuando escucharon varios disparos de escopeta procedentes de la alameda cercana al núcleo urbano. Unos minutos después se dieron de bruces con Demetrio Juárez, quien como solía ser habitual en él transitaba armado con su escopeta de caza y una canana de cartuchos a la cintura. Ambos se conocían ya que el guardia civil anteriormente y en dos ocasiones le había retirado la licencia de armas y la escopeta por vulnerar las leyes de caza. El agente le amonestó verbalmente de la infracción advirtiéndole que estaba prohibida la caza en la alameda.

El cazador según se comentó entonces tenía problemas mentales y sin pensárselo y a quemarropa apuntó con su arma a Romero y efectuó dos disparos a corta distancia sobre el agente destrozándole el pecho provocándole irreversibles lesiones que le causaron la muerte varios minutos mas tarde. Las detonaciones alertaron al hermano de la victima que se había quedado rezagado hablando con unos amigos de un cortijo cercano y a varios vecinos de la zona que se despertaron por el ruido de los disparos. Al acudir en su auxilio el cuerpo moribundo del agente yacía en mitad de la pequeña carretera.

Demetrio Fernández Jiménez de 52 años, que vivía solo y trabajaba en el mármol por su cuenta, fue descrito por sus convecinos como un hombre de carácter difícil y poco estimado calificándolo como una persona huraña e inestable emocionalmente que solía pasear por las calles del pueblo con la escopeta cargada al hombro llegando en ocasiones a provocar algunos incidentes y amenazar a los vecinos. Demetrio Jiménez fue detenido por los propios compañeros del guardia civil fallecido que se desplazaron desde el cuartel de Olula del Río.

El agente considerado como "un guardia veterano y de experiencia" llevaba más de quince años en el Instituto Armado y anteriormente estuvo destinado en los acuartelamientos de Navarra y Cantoria. Los ayuntamientos de Fines y de Olula del Río tras conocer la trágica muerte de José Romero García decretaron, en sesión plenaria dedicar un día de luto en su memoria trasladando su pésame a la familia del fallecido. Su cadáver recibió sepultura en el cementerio de Oria tras oficiarse su funeral en la iglesia parroquial de Olula del Rio.

En el acto estuvieron presentes, el gobernador civil de la provincia Pedro Valdecantos, el presidente de la Diputación Tomás Azorín , Eugenio Acosta, alcalde de Olula del Río, Bartolomé Sánchez de Oria, José Manuel Sánchez de Fines y el alcalde de Tíjola Santiago Pozo. En representación de la Benemérita, el comandante Antonio Lázaro 2º Jefe de la 212 Comandancia en ausencia del teniente coronel jefe y el comandante Alfredo González Ruiz, así como numerosos compañeros de los municipios cercanos y de las provincias de Granada, Málaga y Sevilla.

La Diputación Provincial de Almería impuso el 16 de diciembre de 1994 y a titulo póstumo la medalla de plata de la provincia al agente asesinado, cuyo galardón le fue entregada a su viuda Adoración Sánchez Bautista como reconocimiento a la labor del agente por parte de la provincia de Almería. Su profesionalidad la pagó con su vida.

José Romero García ha sido el primer guardia civil asesinado en la provincia de Almería durante los últimos sesenta años, aunque desgraciadamente en acto de servicio hay un amplio número de victimas en su mayoría componentes de la Unidad de Tráfico. El primer caso documentado se produjo el 8 de marzo de 1950 con la muerte del guardia civil Donato Herrerías Hernández adscrito al puesto de Fiñana abatido a tiros durante un enfrentamiento con los maquis en la sierra de Baza. Dos años más tarde, en 1952 moría Manuel Monchón Jiménez, del puesto de Alhama de Almería en otro enfrentamiento armado con los maquis en la sierra de los Filabres.

El 21 de diciembre de 1967 falleció Antonio Molina López Díaz, de la demarcación de Cantoria durante un ejercicio de tiro al ser alcanzado por la explosión de una granada. El primer agente de Tráfico muerto fue Antonio Acien Lirola, destinado en la plana Mayor de Trafico, al salirse de la carretera la motocicleta oficial y precipitarse por un puente. Ocurrió el 1 de febrero de 1976.

El cabo 1º Cristóbal Ruiz Capitán murió el 10 de julio de 1977 en el arcén de la carretera a la altura del kilómetro 92 de la nacional 340 atropellado por un turismo cuando regulaba el tráfico. Dos años después, el 7 de octubre de 1979 la victima fue José Antonio González Úbeda, del destacamento de tráfico de Huércal Overa en una colisión con un turismo. Su muerte le sobrevino cuando estaba siendo intervenido quirúrgicamente.

Manuel Galisteo Mendoza, del destacamento de Trafico de El Ejido falleció el 15 de enero de 1986 en otra violenta colisión. También en accidente de tráfico perdió la vida el agente del GIFA José Manuel Bernabeu Martínez, la noche del 9 de febrero de 1998 durante una persecución a un vehículo que circulaba en sentido contario en las inmediaciones de Bayana. Manuel Montoya García, del subsector de Tráfico falleció el 8 de febrero de 1999 al salirse el coche oficial y chocar con un talud a la altura del kilómetro 445 de la carretera nacional 340.

El último caso conocido tuvo lugar el 4 de junio de 2000 en las inmediaciones de Gérgal, cuando el coche oficial conducido por el cabo 1º Jaime Martín Sánchez fue arrollado por un camión de alto tonelaje.

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