Almería

El fin del chabolismo o la ruina del campo

  • l La prioridad debería ser trabajar de forma coordinada para acabar con las chabolas y dar una vida digna a estas personas y, segundo, mejorar la imagen de cara a un extranjero que mira con reticencia, desde hace meses, los productos de la ‘huerta’ almeriense

El asentamiento de Los Nietos ardió hace una semana, más de 250 viviendas quemadas

El asentamiento de Los Nietos ardió hace una semana, más de 250 viviendas quemadas

Otro poblado chabolista. Y otra vez en Níjar. En El Gualili. Pero no se equivoquen, el incendio del pasado fin de semana nada tiene que ver con el racismo. Que nadie se deje llevar por los rumores. Fuentes de la Comandancia de Almería han informado a Efe de que la investigación sigue abierta y que en estos momentos existen dos vías en las que los agentes se están centrando, una de ellas la relacionada con un supuesto conflicto relacionado con la negativa de unas mujeres a mantener relaciones sexuales.

Aun así. La imagen que Almería está dando en el mundo es pésima. Y si a usted le molesta este adjetivo, puede mirar para otro lado, dejar de leer esta noticia y seguir pensando que en nuestra provincia todo se hace bien. Pero no es así. Nada más lejos de la realidad.

Es cierto que no todos los inmigrantes que viven en poblados se dedican al mundo de la agricultura, pero sí en su mayoría. Así que culpar al sector de ello tampoco sería equivocarse. Aunque, en realidad, qué más da cual sea el sector. Hay que ponerle freno y punto.

Es cierto que el campo almeriense ha hecho a sí mismo. Más de medio siglo siglo marcado por el esfuerzo, siempre en solitario, y un desarrollo sin procedentes con la eliminación de los fitosanitarios para dar lugar a una de las agriculturas más limpias del mundo gracias al control biológico. Ha tenido que sortear obstáculos que no le correspondían como la crisis del E.coli. Y a pesar de todo ello, el campo almeriense es la huerta del continente.Pero Europa te mira. Y, o te adaptas, o mueres. Y si la exportaciones agrícolas almerienses no se adaptan, sufrirán un daño irreparable. Y ya no se trata del producto, se trata del hombre. Y no por cómo cultiva, sino por cómo vive.Los temporeros del campo almeriense son en una buena parte inmigrantes. Llegan buscando otra vida. Algo diferente. Mejor. Pero se encuentran con una realidad que, en algunos casos, dista de lo pretendido. Se asientan en poblados chabolistas. Y, a veces, aunque la realidad se esconda, esta brota por sí misma. Ya sea a causa de incendios -que los ha habido, y recientemente- o porque algún colectivo de sus derechos levante la voz.Y esto llega, imparablemente, a donde tenga que llegar. Y lo hace sin tapujos. El producto está ligado a la imagen. “Almería no cuida a sus trabajadores”. Esa es la esquirla que viaja por Europa. Y esto genera que grandes cadenas de distribución recelen de los productos almerienses.Y, como en todo, también hay intereses. Los Países Bajos se han convertido en los principales competidores de Almería en Europa. De hecho, la existencia de documentales en los que se pone de manifiesto la vida de los inmigrantes en los asentamientos chabolistas de la provincia parten de ahí.

Y este es un problema que requiere de colaboración. Empresas, municipios, Junta de Andalucía y, por supuesto, Europa, tienen los medios y la obligación de procurar unas condiciones de vida dignas para los temporeros el campo almeriense. Inmigrantes que llegan a la península sin ahorro alguno, en muchos casos con la deuda de económica de haber viajado a Europa y, por tanto, sin opción alguna de acceso a una vivienda. Así que al final, a la chabola.Pero los primeros pasos ya se están dando. La Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (COEXPHAL), que agrupa a 83 empresas hortofrutícolas y representa el 70 % en exportación y el 65 % en producción hortofrutícola, está presionando al Gobierno en fin de una solución. “Hemos llevado a la Administración este asunto muchas veces porque nos tiene preocupados a todos. La imagen que deja el chabolismo no beneficia para nada al sector”, dice Juan Antonio González, presidente de Coexphal. Al mismo tiempo, la institución dialoga con los municipios implicados en la producción hortofrutícola almeriense.

Y la avanzadilla ha sido tomada por el Ayuntamiento de Níjar. Esta semana ha aprobado en pleno la hoja de ruta que debe terminar con los asentamientos de infraviviendas localizados en la comarca, y que ha sido configurado desde un modelo de pura cogobernanza.

El documento ha sido elaborado por un equipo de catedráticos, profesores e investigadores de la Universidad de Granada y, tras un largo proceso de puesta en común, se ha convertido en el primer plan de trabajo que cuenta con el consenso de empresarios agrarios y las ong que trabajan a pie de campo con el fenómeno de los asentamientos.

Además del Ayuntamiento de Níjar, como iniciador de la que pretende convertirse en la “solución final”, el resto de las administraciones públicas superiores jerárquica y competencialmente también han mostrado su agrado por la iniciativa que, entre otros colaboradores necesarios ya cuenta con el apoyo formal de la entidad Cajamar y su propuesta en firme de financiación específica para esta iniciativa.¡

El Ayuntamiento nijareño va a poner a disposición 3.000 metros cuadrados de suelo con el objetivo de “erradicar uno” de los asentamientos chabolistas que se localizan en la comarca.

“El suelo tiene acceso al alumbrado público, al abastecimiento y al saneamiento urbano, por lo que reúne las condiciones para alojamiento”, explica la alcaldesa, Esperanza Pérez.La actuación programada recoge no sólo un diagnóstico, sino que incorpora una intervención concreta con soluciones habitacionales para los trabajadores que campaña tras campaña buscan un empleo. Una parte fundamental es la pormenorizada visualización de las soluciones habitacionales compartidas, que tendrán que quedar desalojadas al finalizar la temporada para su acondicionamiento de cara a la siguiente campaña.El estudio, propone instar a la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias de la Junta de Andalucía a la consignación presupuestaria de subvenciones nominativas específicas para la edificación de viviendas en fincas agrícolas en el Campo de Níjar, destinadas a alojar trabajadores inmigrantes.

Estas subvenciones, en lugar articularse mediante procedimientos de concurrencia competitiva, deberían ser concedidas en función de las necesidades socioeconómicas y humanitarias particulares de la zona, y de la de urgencia e impacto de su cobertura”, dice el texto.

También contempla convenios de colaboración con la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, con la finalidad de eliminar las infraviviendas, y la colaboración con la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias en la captación y canalización de fondos procedentes de instituciones de la Unión Europea.

Los investigadores de la UGR recomiendan que antes de acreditar la segregación social, la marginación y la exclusión residencial en asentamientos se formule ante el Gobierno andaluz una propuesta motivada para que las extensiones territoriales del Campo de Níjar donde se ubican los asentamientos sean formalmente reconocidas y declaradas como Zona con Necesidades de Transformación Social.

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