Almería

El agro recobrará competitividad en fechas clave con la geotermia

  • La primera planta de España que nutrirá al invernadero se instalará en el Campo de Níjar Cardial Recursos Alternativos cuenta con la financiación y con Sacyr como colaboradora para ejecutar la obra civil

El proceso, que se ha visto estancado durante seis meses por trámites administrativos, coge músculo financiero y mañana podría tomar el impulso definitivo para ser una realidad en un año. Se trata de la primera planta de energía geotérmica de España que nutrirá a los invernaderos de la mano de Cardial Recursos Alternativos y que propiciará un aumento de la competitividad del sector agrícola almeriense. "Actualmente existen 'tres caballos de carreras': las producciones de Almería, Marruecos y Holanda. En determinadas fechas en época de frío, el precio de los cultivos almerienses se desploma cuando el producto marroquí entra a la Unión Europea con fuerza y, Holanda, cuyos invernaderos cuentan con calefacción, incrementa su comercio", explica Carlos Díaz, ingeniero agrónomo especializado en ingeniería civil y socio de Cardial, quien añade, que con la energía geotérmica se propicia un ciclo largo del cultivo, que evita una segunda cosecha, lo que contribuye además a eliminar ese doble gasto, "con un cultivo de ciclo largo, el agricultor pagaría su campaña".

Cardial trabaja en un proyecto para la producción de energía térmica y eléctrica a partir de energía geotérmica en el yacimiento de Níjar y Almería a través de la construcción de una serie de plantas, que rondan la quincena; "es una energía limpia, gestionable y, sobre todo, barata, con costes de producción inferiores a las convencionales".

Actualmente, el proyecto carece de la concesión de explotación, que permitiría la tramitación inmediata de las licencias municipales, y la autorización ambiental unificada. Estos trámites están avanzados, pero para el espaldarazo definitivo, los socios de Cardial se reunirán mañana con María José Asensio, directora general de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía. Si este encuentro resulta satisfactorio en dos semanas podrían empezar los trabajos en campo y en un año, dependiendo de la autorización ambiental unificada, la planta ya estaría en funcionamiento.

A falta del visto bueno definitivo por parte de la Administración, Cardial tiene el resto de los deberes hecho, pues cuenta con el apoyo financiero y clientes. Respecto al primer pilar, Cardial ha sumado un grupo inversor a su estructura, capitaneado por Javier Perea, quien fuera director comercial de Gamesa, además del apoyo de la banca. Por otro lado, ha establecido un acuerdo de colaboración con Sacyr, que será el brazo ejecutor de la obra civil de las plantas, a la vez que facilitará su red de oficinas y técnicos internacionales para llevar a cabo otros proyectos similares que han surgido en el extranjero, concretamente, como señala Díaz, en Oriente Medio y Sudamérica.

Esta primera planta en el Campo de Níjar tendrá, como las demás, dos vertientes: producción de energía térmica y, en una segunda fase, energía eléctrica. De acuerdo a las palabras del ingeniero y socio de Cardial, las plantas ocupan una pequeña superficie en comparación con la proporción suelo-producción con otras energías alternativas, así una planta de 5 megavatios (Mw) eléctricos ocupa entre unos 200 y 300 metros cuadrados en superficie más la superficie que puedan requerir los distintos dobletes geotérmicos (juegos de dos sondeos de extracción e inyección) que suelen ocupar otros 30-50 metros cuadrados. La primera planta en la que trabaja la compañía contará con 5 Mw térmicos, que se ampliarán entre el segundo y tercer año a 8MWt y 3 MW eléctricos. Según Carlos Díaz, la inversión para esta planta, que ocuparía cuatro parcelas y con cuyos propietarios se ha hablado ya de acuerdos de venta, es de 4 millones de euros que se amortizan en dos años.

El sistema de producción es totalmente cerrado. Dada la localización del yacimiento, entre dos fallas: la de Carboneras y una fractura de borde que es la de Sierra Alhamilla que comprende un terreno muy fracturado, no hace falta destruir la roca. El proceso consiste en la extracción de agua, preservando las condiciones que posee en el subsuelo para que no sufra cambios físicoquímicos y, posteriormente se vuelve a inyectar, "lo único que se le quita es el calor, a través del intercambiador de calor, que es con el que se puede generar electricidad o energía térmica que puede servir tanto para generar frío como calor". Por este motivo, de acuerdo a las palabras del socio de Cardial, se pueden climatizar instalaciones con un coste baratísimo ya que no hay consumo de combustible ni desgaste de piezas.

Esta iniciativa supone un gran ahorro para el agricultor. Según Díaz, el coste de inversión ronda los 30 céntimos el metro mientras que el consumo gira sobre los 80 céntimos por metro, es decir, el kilovatio térmico se establecería sobre los 4 céntimos. Una de las ventajas sobre otro tipo de energías como el gas natural es que para la geotérmica se establecerá una tarifa fija para una periodo de cuatro o cinco años que rondaría los 50 o 65 euros por MW térmico. Además, Cardial establecerá una tarifa social que consiste en un modelo de suministro limitado para utilizar la energía geotérmica sólo en época de frío; nutriendo al invernadero de calor por la mañana se elimina la humedad de la noche y se acumula calor en el suelo para la nocturnidad. Por este servicio, el productor tendría que pagar entre 1,5 euros y 2 euros por metro cuadrado.

El aprovechamiento de energía geotérmica para utilizarla como calefacción para los invernaderos, así como para la producción de energía eléctrica, posibilitaría mantener a una temperatura constante las explotaciones invernadas de manera que podría completarse la tendencia del sector agrícola hacia una campaña sin diferenciación entre verano e invierno prolongando el cultivo de productos para ser más competitivos en el mercado internacional, y con un coste menor. El coste de disponer de esta energía alternativa para un productor sería de entre 15.000 y 20.000 euros por hectárea, con una instalación básica, un presupuesto que una vez ejecutado sería único y para siempre, éste ascendería a 35.000 euros si se optara por una instalación más completa. Y es que como explica Carlos Díaz, Cardial corre con toda la inversión de la planta mientras que el agricultor sólo debería abonar su red de distribución.

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