Almería

Más de cien minas recuerdan el pujante pasado que propulsó a esta comarca

  • La Asociación Ferroviaria Virgen de Fátima realiza una ruta para poner en valor este patrimonio que subyace en el ostracismo A principios del siglo XX se extrajeron 60.000 toneladas de hierro

Un centenar de pequeños y grandes recovecos y socavones en la vertiente sur de la Sierra de los Filabres, dentro del término municipal de Nacimiento, recuerdan a los amantes del senderismo que en tiempos pasados hubo una intensa producción minera en la zona. La extracción de mineral, sobre todo hierro, hizo de esta pequeña localidad punto neurálgico hasta principios del siglo XX en pleno boom del ferrocarril. "Las minas más importantes eran Leopoldo I y Leopoldo II", recuerda Paco López, presidente de la Asociación Cultural Ferroviaria Virgen de Fátima, y que junto con otros miembros de la asociación recorre durante estos últimos meses la zona para recuperar del ostracismo esta pequeña parte de la historia de la comarca del Río Nacimiento con fotos de todas las minas "muchas de ellas en un perfecto estado de conservación", añade.

El grupo de minas Leopoldo, situadas en el barranco del Zarzalejo (epicentro de la extraccion de mineral en esta zona), fueron adquiridas en arrendamiento a finales del siglo XIX por la Compañía The Soria Mining, explotadora de los criaderos de Gérgal y de Beires, y estuvieron en producción hasta el año 1913. Un par de décadas de arduo trabajo en "condiciones muy complicadas" que permitieron la extracción de entre 50.000 y 60.000 toneladas de hierro de una superficie aproximada de 25.000 metros cuadrados. Su estación de carga estaba en el barranco del Zarzalejo a unos 10 metros de altura bajo la galería del agua.

Los minerales se transportaban a la estacion de Nacimiento a través de un monocable montado sobre castilletes de madera y cuya potencia de transporte era de unas 200 a 250 toneladas en diez horas de trabajo. Desde allí, por caballerizas o a través del tren, iba destino a la capital para su exportación a Inglaterra y Alemania.

Ahora, un siglo después desde que se paralizase la producción y extracción minera, este grupo de amantes del senderismo y la minería sigue su particular cruzada para catalogar y localizar muchas minas en las que antaño sus padres y abuelos trabajaron afanosamente con equipamiento rudimentario y que tuvieron también como nexo de unión el tren, ese medio de transporte que tanto adoran y por el que celebraron ayer la tradicional romería de la Virgen de Fátima hasta la estación de Doña María, una tradición que recuperaron en 2004.

La próxima meta de estos adalides de las tradiciones y el ferrocarril es conseguir "que se catalogase este patrimonio y se pusiese en valor", afirma Paco López. El primer paso ya lo han dado. Como dice el refrán, caminante, no hay camino, se hace camino al andar.

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