Una respuesta al acoso en el escenario del Auditorio

Le han dejado solo. Sobre el escenario. Porque en el patio, estaba bien acompañado. Más de un centenar de alumnos de Educación Primaria y Secundaria seguían la historia de un chico, El monólogos, ofendido porque sus amigos habían sustituido su nombre por el apodo que no le gustaba nada. Y a su lado, una que pensaba su compañera, que intenta acercarse a él por conveniencia, que no le quiere a su lado en los conciertos pero sí en los exámenes, ya que es el empollón de la clase.

Él se da cuenta, se rebela. No entiende nada. Sueña que está en medio de un concurso, parecido a Gran Hermano, en el que es el eterno nominado. Un día decide cambiar de actitud. Saber qué está pasando. Volverse guay como ellos. Jugar mal al fútbol, marcar goles en propia meta. Dejar de estudiar, lanzarse sin red a un mundo que le era desconocido. Y nadie hablaba en la sala. El joven de las rastas era un reflejo de lo que está ocurriendo en la sociedad. Del acoso al que son sometidos muchos escolares en las aulas.

Al término de la función, aplausos para reconocer una labor importante, un cuento con moraleja que no es tal ya que se trata de una historia real.

Por otro lado, antes de la segunda de las representaciones, la Fundación Cajamar presentó los datos relativos a las 33 obras de la pasada campaña de teatro escolar. Ha sido el director de Relaciones Institucionales, Marcos Escánez, quien ha puesto en valor estos datos. Los temas más analizados han sido la alimentación saludable, el compañerismo y los buenos hábitos.

Las próximas citas, programadas para este mes de enero, serán con teatro en inglés, dirigido a escolares de educación primaria, y con una propuesta que abordará un tema muy actual: el acoso en la escuela. Se espera que al final de la temporada, unos 30.000 menores almerienses hayan asistido a las representaciones.

Mientras tanto, son muchos los centros que se han interesado por la propuesta.