Riegan con garrafas el Cordel de La Campita, que pide en Almería la “custodia compartida”
Este paraje natural sobrevive por el agua que acarrean voluntarios, entre ellos de la Unidad de Rehabilitación de Salud Mental
En imágenes, la presentación proyecto custodia compartida del Cordel de la Campita
Almería hace números para asumir El Boticario y El Cordel de La Campita
Garrafas de 5 litros salen periódicamente al auxilio del arbolado y plantas, algunas de ellas endémicas y en peligro de extinción. Estarían más secas, como suele decirse, que la mojama, si no fuera por este riego manual que trata de frenar el deterioro progresivo de uno de los parajes naturales que a duras penas conserva el casco urbano de la ciudad de Almería. No se transportan, desde luego, solas. Las acarrean usuarios de la Unidad de Rehabilitación de Salud Mental de la Bola Azul (URSM), vecinos y ecologistas, a voluntad y con esfuerzo, por la escarpada vereda del Cordel de La Campita (La Molineta), un espacio para el cual reclaman la “custodia compartida”.
Es el original nombre con el que los ‘cuidadores’ de esta antigua vía pecuaria han bautizado su nueva reclamación, amparada por grupos ecologista y la Asociación de Vecinos La Palmera del barrio de Los Ángeles, quienes solicitan un pacto entre administraciones para otorgar o, al menos, facilitar la correcta conservación de este sendero con la implicación de la Universidad de Almería y los centros de enseñanza, además de los colectivos antes citados.
Quieren puntos de agua a lo largo del sendero en los que poder llenar las garrafas y, durante el verano, la subida de un camión cuba con el que facilitar las tareas manuales de riego sobre los acebuches, las adelfas o algarrobos que ellos mismos también han venido plantando.
El espacio total es de unos 33.000 m² aproximadamente, con un recorrido de 1 km y 75 metros de ancho, zigzagueante y con mucho desnivel. Fue acondicionado por la Junta de Andalucía en 2010 con una inversión de un millón de euros de fondos europeos y con idea de traspasar las competencias de mantenimiento y conservación al Ayuntamiento. Sin embargo, y aunque hay anunciada la firma de un convenio de colaboración, durante todos estos años no se ha producido ni cesión ni recepción, desentendiéndose ambas administraciones del cuidado de esta singular área, según denuncian, hasta el punto extremo de que sean los ciudadanos los que dan de beber al Cordel ante un sistema de riego por goteo que lleva años inoperativo.
Lo que quieren es un acuerdo de custodia del territorio con la asociación de vecinos, centros educativos y voluntariado ambiental, que permitiría que estos colectivos se encargaran transitoriamente del mantenimiento vegetal, hasta que la empresa concesionaria de Parques y Jardines asumiera su conservación una vez recepcionado por el Ayuntamiento este espacio mediante el desarrollo de un proyecto de conservación que contemplaría el reparto de tareas.
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