Rocío Garrido en Jerez. Catarsis flamenca liberadora

Crónicas desde la Ciudad

Dramaturgia vital. En su obra “De_Vidas” enfatiza distintas fases de su biografía vital. Desvela incertidumbre y convicción. Del dolor a la felicidad de ser flamenca, de ser bailaora, de ser madre...

Bar Barlovento y Cuartel de la Misericordia, vecinos

Rocío Garrido
Rocío Garrido / Tamara Pastora
Antonio Sevillano
- Cronista

02 de marzo 2025 - 07:00

A pesar de las muchísimas horas en tren, vía Córdoba, siempre es grato regresar a Jerez. Y más aún por estas fechas (21 de febrero a 8 de marzo) en las que la ciudad acoge su XXIX Festival Flamenco, convertido en el epicentro mundial del Baile. Un evento -señala la organización- de gran relevancia internacional que apuesta por el desarrollo de las formas expresivas propias de la Danza Española en toda su amplitud y libertad creadora, dando cabida a todas las corrientes estéticas: desde la tradición a la vanguardia, desde lo colectivo a lo individual, desde la alegría de la fiesta a la introspección... De su prestigio dan cuenta los datos y dígitos siguientes:

-28 espectáculos representados en el Tetro Villamarta, Centro Cultural Blas Infante, Sala Compañía, Palacio Villavicencio y Bodega González Byass

-Ciclo de “Peña en Peña”: Los Cernícalos, Tío José de Paula, Don Antonio Chacón, Luis de la Pica, La Bulería, Fernando Terremoto, etc.

-Área formativa, con un extenso programa de cursos y talleres de baile ofertados por contrastados maestras/os: Olga Pericet, Manuel Liñán, Rafaela Carrasco, Antonio el Pipa, El Truco, Inmaculada Aguilar, etc. Para nuestra satisfacción, en ellos se incluyen cuatro dedicados al Taranto a expensas de Javier Latorre, Marcos Flores, Ángel Muñoz y Eva Yerbabuena.

Por derecho

Rocío Garrido Joya (Almería, 1986) es fiel a un arte real, autentico y sin artificios, por derecho. El baile al reclamo de la voz y de la sonanta. Años de esfuerzo y sacrificio, de renuncias y lágrimas, de incomprensión y zancadillas (a las que tan dado somos por estos lares) han cincelado a la mujer que hoy goza del merecido respecto entre la propia profesión. A la par de que ha logrado, para mayor alegría intima, el ferviente deseo de ser madre. Viene a cuento por tanto un fandango de la universal chipionera: Que nadie me ha regalao ná, / tengo tó lo que yo he ganao /. He llegao donde he llegao / y quiero llegar a más, / por mi madre lo he jurao...

La almeriense con academia abierta en La Cañada obtuvo la calificación “cum laude” a través “De_ Vidas”, antología coreográfica montada ad hoc por Eva Yerbabuena (y de Rubén Olmos, director del Ballet Nacional de España, en uno de los temas); dejando bien alto el pabellón dancístico provincial y refrendando su condición de firme referente. Quizás, en opinión de quien esto firma, su máxima exponente. Solo basta repasar su currículo y los galardones acumulados. El último el pasado año al lograr el “Desplante Flamenco” en el Festival Intencional del Cante de las Minas (La Unión. Murcia). De su trayectoria se hizo eco RTVE en el telediario nacional del sábado, mientras que una amplia entrevista a Rocío la emitirá en uno de sus programas culturales.

El Centro Social Blas Infante acogió “De_Vidas”, obra de la bailaora almeriense Rocío Garrido

Tinieblas y luminosidad

Tenía dudas en cuanto al público asistente: hora intempestiva, un local alejado del centro y primerizo entre las sedes ya consolidadas, coincidencia con retransmisiones deportivas... Todo en vano. El aforo del “Blas Infantes” (325 butacas) se cubrió de aficionados nacionales y foráneos; alzándose el telón a las 18,30h. Con el salón a oscuras y envuelto en una densa neblina, una espectral figura inmóvil -a modo del Tenorio de Zorrilla- se erguía en solitario sobre el escenario en unos minutos interminables de sepulcral silencio, expectantes y misteriosos.

Inopinadamente, las notal atronadoras de “Lacrimosa” (del Réquiem de Mozart) nos devolvía de las tinieblas acompañada de un coro de plañideras blandiendo un ramaje árido dispuesto para la pira u hoguera purificadora. Rocío cobró vida, su primera vida, demostrando ser una consumada actriz dramática imbuida del de espíritu de Margarita Xirgu o Nuria Espert, despojándose lentamente del cambiante atuendo. Sobria o ebria deambulaba sobre las tablas: ora descalza o racaneando con un solo zapato en movimientos perfectamente sincronizados. Pero siempre flamenca, en flamenco.

Cautivadora, desplegó un amplio abanico ce estilos. Con fuerza y garra o sutileza y elegancia. Deleitándonos con breves pinceladas por peteneras, javeras y ritmos abandolaos, , soleá y seguiriyas, tarantos y alegrías hasta finalizar el repertorio exhausta aunque satisfecha. Feliz y consciente del trabajo bien resuelto. Con el sueño ya cumplido sacó a todos el grupo parta que recibiesen, cada uno, el merecido aplauso.

Rocío Garrido y David Caro, Jerez 2025
Rocío Garrido y David Caro, Jerez 2025 / Helena Madico

Banderilleros de lujo

Como ha comentado en entrevistas previas al estreno, “en este espectáculo ha supuesto un cambio tanto personal como profesional; me ha hecho descubrir a una nueva Rocío y llevado a experimentar cosas totalmente nuevas encima de un escenario. Pero todos vosotros, compañeros, sois responsables de esto. Orgullosa por el resultado, sí, pero sobre todo de haber formado parte de un grupo que se ha dejado la piel. Sin vosotros nada de esto hubiera sido posible, y quizás, esta nueva “piel” nunca hubiera florecido en mí. “De vidas” sois todos vosotros, responsables de una metamorfosis en la que hay algo de cada uno de vosotros. Gracias, Eva Yerbabuena, porque siempre te he admirado, pero ahora además de admirarte te quiero, de verdad, por crear algo tan bonito y ser parte de mí... “. Prueba de tal agradecimiento fue el prolongado abrazo entre ambas al concluir la función, mientras que el respetable las ovacionaba ininterrumpida y clamorosamente durante varios minutos.

Rocío Garrido es consciente de la importancia de un grupo potente y cohesionado cuando de llevar a buen puerto un proyecto elaborado con mimo. Y este caso el grupo era de oro molido. La percusión de Manuel Muñoz “Pájaro” medida y vibrante, al igual que las palmas y baile de José M. Ramos “Oruco”. El cante roto y desgarrado de Pepe de Pura tuvo el contrapunto dulce y melismático de Esperanza Garrido, una agradable sorpresa. Finalmente, nuestro joven paisano David Caro sería merecedor de una crónica independiente. Director musical y copartícipe destacado del espectáculo, su guitarra suena a arpa celestial: brillante, virtuosa, con dominio de los tiempos y el compás, falsetas bellísimas... Gloria bendita que sus coprovincianos desconocen y/o ignora. Ni visita a Jerez compensó sobradamente las molestias del viaje. Gracias, Rocío Garrido Joya. Y un aviso a los navegantes: la pasión no ha cegado mi percepción de lo visionado. Salud y suerte.

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