Una rockera de 45 revoluciones

Marta Pérez es propietaria de La Caverna, una tienda de música que lleva quince años ofertando los sonidos más legendarios · Fue pionera en introducir en Almería la venta de discos de segunda mano

Berta F. Quintanilla / Almería

24 de marzo 2010 - 01:00

Lucky es un viejo rockero. Dormita tras el mostrador de La Caverna. No le molesta la música. Está acostumbrado. Vive rodeado de vinilos, cintas, pósters y revoluciones por minuto de viejas canciones. Marta Pérez lo sacó de la perrera y ahora se ha convertido en uno de sus más leales amigos. Juega con él a hacerse el muerto, le manda, le dice... "es un perro obediente". Sonríe. En realidad, siempre lo hace. Desde que abre la tienda hasta que la cierra. Lo de sonreír, claro. Está en su salsa. Como pez en el agua, mejor en una pecera de leopardo.

Ama la música. Y la fotografía. La idea de tener un establecimiento de su propiedad surgió cuando en la Escuela de Artes de Almería estaba estudiando esta disciplina junto a Sebastián Fuertes, su pareja. Fue hace quince años. Los nervios de ese primer momento ya han pasado. Acuñó la suma de dos factores. "A mí me gusta mucho la gestión y dirección de empresas, y a él la música", explica Pérez. Fue una confluencia de astros. O algo así. La Caverna empezaba a gestarse. En aquellos años, hace quince años aproximadamente, Almería presentaba dos carencias. Por un lado, la venta de discos de segunda mano, y de otro el coleccionismo de vinilo. Ella defiende este formato basándose en la calidez de las melodías. Un sonido que presenta el fondo de los antiguos gramófonos y que cada vez está más de moda. Al lado del portátil tiene un tocadiscos Philips, de los de antes. "Cuando la gente no creía en el vinilo era cuando nosotros apostábamos más fuerte por él", matiza. Y no se arrepiente. Nunca lo ha hecho, según resalta frente a un dibujo amarillo de Los Ramones. Cuentan con ejemplares de los años 40 en adelante. Y clientes de diferentes edades. "En Almería hay muchísimos coleccionistas... te sorprendería", manifiesta ilusionada. Buena muestra de ello es la "nueva hornada de clientes". Sin ir más lejos, hace unos días, "entró a la tienda una mujer mayor, que tendría en torno a 80 años, a comprar un disco de jazz".

Llama la atención, al caminar por las proximidades de la tienda, el estampado de leopardo que Marta Pérez tiene por detrás. Una imagen clara de rebeldía contenida. Pero ella asegura que se debe al amor por la estética de los 50. "Recuerda a las pequeñas tiendas de Londres, Liverpool o Amsterdam". "La música no conoce de edades", afirma contundente. Mira a Lucky, que sigue acostado en el suelo. Le llama. Coge del muestrario un disco pequeño. Y "estate quieto que nos van a hacer una foto". El perro se sienta, alza la pata y acaricia levemente el vinilo. "Me encantan los animales, es mi segunda debilidad", dice. Colabora con protectoras y en su domicilio convive, además de con su pareja, con seis de ellos. A todos les ha puesto nombres de músicos. Menos a Lucky, que ya lo traía puesto de la perrera. "Estaban a punto de sacrificarlo cuando me lo llevé, y la verdad es que con lo listo que es, no entiendo cómo estuvo tanto tiempo encerrado". Uno de ellos se llama Dee Dee (al igual que uno de los miembros de Los Ramones).

No sólo de vinilos, discos y pósters vive Marta. Amante de lo original, de lo diferente, de aquello que define una personalidad diferente, enganchados en un corcho hay dos trajes de bebé. Y un babero que llama a la revolución a los pequeños. Chapas, muñecos y broches, realizados por artesanos almerienses ya que "siempre quiero apostar por la gente de aquí, potenciando sus marcas, dando cobertura a sus actuaciones". La tienda está teniendo una gran aceptación debido a que ofrece algo diferente. Los interesados en contactar con ella, en conocer lo que ofrece, pueden hacerlo en el número 950 251 740 o enviando un correo electrónico a la dirección discoscaverna@cajamar.es. Marta Pérez entorna la puerta. Coloca un cartel que se cae. Lo levanta de nuevo. Un delgado y rápido Lucky se sienta a su lado. La mira y se tumba. Ella le rasca la barriga. "No seas vago, levántate". Pero no está por la labor. Y eso que sigue siendo un viejo rockero.

stats