Almería

Los secretos de vivir en un barco amarrado en el Puerto de Almerimar

  • John, a sus más de 50 años, lleva un total de ocho a bordo de un yate. Tras su divorcio, abandonó Inglaterra y se ha instalado aquí donde quiere permanecer el resto de sus días

Muy moreno, en bañador y realizando las tareas propias de su día a día en el barco nos encontramos con John, quien atraído por el sol, y empujado por sus ansias de libertad, aterrizaba hace ocho años en Almerimar donde vive desde entonces a bordo de un barco. Yacht Driké, es el barco de John, donde ha encontrado la felicidad plena en el varadero del Puerto Deportivo de Almerimar, muy cerca de la Torre, en la dársena 133. Procedente de Inglaterra decidió al azar su traslado.

"Me divorcié hace ocho años y quise romper con todo. Me encantaba España y lo eché a suertes", aseguraba con una amplia sonrisa este "marinero" de vocación. Añadía que sólo tuvo que coger un mapa de España y poner su dedo, con los ojos cerrados, sobre un punto, Almería. Según afirma "había oído hablar de Almerimar y me decanté por este núcleo para instalarme".

A su llegada, se compró un piso, pero "me ahogaba. No podía vivir en él así que me compré este barco". Su vivienda, muy cercana al Puerto de Almerimar permanece cerrada porque él ni se plantea la idea de volver a vivir allí. A sus más de cincuenta años su estilo de vida resulta envidiable. Su profesión le permite vivir en cualquier parte del mundo, siempre y cuando tenga acceso a Internet.

Él es broker. Sus inversiones en bolsa "a veces van a bien y otras no tanto, pero puedo vivir y soy feliz", añade. Es padre de dos hijos, que viven en Inglaterra, e incluso tiene nietos, pero jamás viaja a su país. "Mis hijos vienen a verme, y cuando me visitan todos nos quedamos en el barco, no quieren ir a casa, preferimos esto". Aunque visto desde fuera parece mucho más pequeño, este barco esconde grandes espacios. Perfectamente instalado, con las mejores tecnologías, tres dormitorios, amplios, y un baño, así como un salón-cocina. Hasta seis personas pueden convivir sin estrecheces en esta embarcación.

Para John lo mejor es el sol. "Aquí la temperatura es maravillosa. Incluso en invierno hace sol. Es verdad que algunos días de invierno son más "duros", dado que llueve o hace viento, pero sigue siendo maravilloso", afirma. Para salir a nadar utiliza un remolque.

Una pequeña embarcación a motor con la que se adentra en el mar y pasa horas nadando, eso sí, en verano, que en invierno el agua está demasiado fría. John paga 1.000 euros anuales por su amarre, por el que tiene concesión hasta el año 2025. "Lo más caro es el gasoil. Son unos mil euros cada tres meses", asegura. Por eso, sólo sale a navegar tres semanas al año. Da igual la época del año, lo importante es cómo sople el viento. "Es lógico. Si el viento nos va a favor gastaremos menos gasoil que si va en contra", apostilla. Esas tres semanas visitan siempre los mismos rincones de España, tanto dentro como fuera de la Península. Torrevieja, Alicante, Ibiza, Menorca y Mallorca.

El resto del tiempo asegura que "puedo hacer de todo menos aburrirme. En un barco siempre hay cosas que hacer, desde limpiar a cosas que reparar, y algunas tardan mucho en estar a punto". Además, ha creado una página web www.secretocean.eu en la que cuelga fotografías de sus día a día y aconseja a amantes del mar como él en todo lo relacionado con la vida en el barco, la temperatura en la zona, restaurantes y bares de Almerimar; en definitiva, una especie de guía turística de cómo vivir como él.

En estos ocho años, John ha creado una nueva "familia". Amigos, de distintos puntos geográficos del mundo, con los que se reúne cada viernes. Salen a comer, a beber, a intercambiar experiencias… Desde hace algún tiempo, además, Julia, comparte parte de su vida a bordo del barco con él.

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