"Me siento mejor cuando reparto suerte que si soy yo la agraciada"

Un acertante, cuya identidad no ha trascendido, resultó ganador con su boleto. Los vecinos felicitaron a Maruja que en la administración 5.110 manifestaba su alegría

Una mujer en el establecimiento que repartió el premio ayer en la calle San Antón en la plaza Pavía.
Una mujer en el establecimiento que repartió el premio ayer en la calle San Antón en la plaza Pavía.
Berta F. Quintanilla / Almería

16 de junio 2012 - 01:00

"¡Maruja!, no me digas que has dado tú el premio". Una mujer llega arrastrando el carrito de la compra, morado con lunares amarillos. "¿Quién ha sido? ¿Es vecino?", otra cliente deja al perro en la puerta, que espera sentado y pregunta con curiosidad.

No se hablaba de otra cosa. Los vecinos estaban revolucionados desde primera hora de la mañana nada más conocerse los resultados. "Esta mañana mismo me he enterado, nada más abrir la puerta ha venido el de la refresquería de aquí al lado y me lo ha dicho... ¡me ha hecho mucha ilusión!". María, Maruja para los amigos y clientes, no quiere fotos. Está tras el cristal que hace de mostrador en la pequeña administración 5.110, calle San Antón, al lado justo de la plaza Pavía. A lo lejos, el eco del mercado. ¡Bikinis a un euro, señora!

Las dependencias son pequeñas, pero rebosan alegría. "Nos conocemos todos. Tengo gente que viene desde hace años, a quien le ha tocado premio y a quien no, pero siempre tengo conversación para ellos", apunta Maruja. "A mi barrio le hace mucha falta, es una zona en la que realmente se necesita... a veces vienen y me dicen: a ver si nos vendes uno premiado... ¡ay, niña, qué más quisiera yo!".

Tiene un brillo especial en la mirada. "Ni sé a quien le ha tocado ni si lo supiera se lo diría", asegura. Desde el año 1994, está al frente de la administración. "¿Sabe una cosa? Soy más feliz viendo la alegría de la gente que si me hubiera tocado a mí misma".

Todos los vecinos tienen una palabra amable para ella, una felicitación especial. "Lo de dar premios ya me había pasado, pero nunca de tanto dinero, han sido 3.393.499 euros, seis aciertos de La Primitiva". Como coincidencia, resaltar que el día 12 de junio de 1998, también entregó una importante suma.

Sigue entrando y saliendo gente. Entre ellos algunos que únicamente quieren felicitarla. "Si me hubiera tocado, estaría muy feliz, pero también me alegro mucho por Maruja, que está muy contenta", afirma Juan, que con prisa se lleva su número y mira de reojo el cartel que anuncia el premiado.

Carmela pasa del largo, con dos bolsas. Pero antes asoma la cabeza. "¡Señá María, que no me lo puedo creer!", exclama.

Pasa la mañana deprisa, son muchas emociones condensadas en un intenso horario laboral. A las pocas horas de echar el cierre, todo el barrio conoce la buena nueva. Una lluvia de millones ha caído en la zona, a un ciudadano desconocido, que ha dejado de cubrirse, por un momento, con el paraguas de la crisis. La suerte está de su parte. Lleva vestido de flores. Se llama María, aunque sus amigos la suelen llamar Maruja. Y sonríe siempre tras el mostrador.

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