Estos son los terremotos más graves en la historia de Almería: el peor de España se dio aquí
El peor terremoto en al historia de España se produjo en 1522 y tuvo como epicentro Almería
Un fuerte terremoto sacude Almería y provoca avisos de emergencia en los móviles
El sureste peninsular, y en particular la provincia de Almería, se sitúa sobre uno de los territorios sísmicamente más activos de España. El responsable es el contacto de las placas Euroasiática y Africana, que convergen a un ritmo de unos cuatro milímetros por año. Ese empuje, aparentemente lento, genera una acumulación de energía en el subsuelo que se libera en forma de miles de pequeños terremotos al año, algunos imperceptibles, otros, intensamente sentidos.
La falla de Alhama de Murcia, la de Carboneras o la de Palomares, junto con los sistemas sísmicos del mar de Alborán, convierten esta zona en una de las de mayor riesgo sísmico de Europa occidental. Las áreas más vulnerables se localizan en el Levante almeriense y Las Alpujarras, dos regiones donde la historia ha dejado huella en forma de destrucción.
El gran seísmo de 1522: el peor de la historia de España
El 22 de septiembre de 1522 se produjo el terremoto más destructivo jamás registrado en España. Su epicentro se situó en las Alpujarras, dentro del actual término municipal de Instinción, y alcanzó una magnitud estimada de 6,8 grados y una intensidad X, la máxima en la escala macrosísmica. A solo un kilómetro de profundidad, la sacudida fue devastadora: más de un millar de muertos y daños graves en unas 80 localidades.
La ciudad de Almería quedó prácticamente arrasada: la muralla se vino abajo y el 80 % de las viviendas colapsó. Aquel desastre dejó una huella indeleble en la memoria colectiva y en las crónicas de la época.
Vera, Mojácar y el recuerdo de los siglos XIV y XV
La comarca del Levante también ha sido escenario de terremotos históricos. En 1406, un fuerte seísmo destruyó buena parte de Vera, incluida su fortaleza y muralla, con un balance de 72 víctimas mortales. El temblor alcanzó también a Mojácar, donde se derrumbó la fortaleza, se hundieron numerosas torres y un tercio de las casas fueron destruidas.
Más tarde, en 1518, otro seísmo sacudió Vera y dejó 150 muertos. Hoy un monolito recuerda aquella tragedia en la ciudad.
1658, 1751 y 1894: una secuencia de temblores
Durante el siglo XVII, Almería capital volvió a temblar. En 1658, la Alcazaba sufrió nuevos daños y se reportaron derrumbes en el Poniente y el Levante. El 3 de mayo de 1751, el epicentro se trasladó a Vélez-Rubio, donde se registraron grietas en viviendas, desplazamientos de acuíferos y daños en el terreno.
A finales del siglo XIX, en 1894, el municipio de Nacimiento vivió su propio episodio sísmico. Y ya en el siglo XX, localidades como Santa Fe de Mondújar, Ocaña (Las Tres Villas) o Dalías sufrieron sacudidas notables entre 1911 y 1912.
El susto de Adra en 1993
El último terremoto con cierto impacto en la provincia se produjo en 1993, con Adra como epicentro. Aunque no hubo daños estructurales graves, sí se registraron grietas en fachadas, desprendimientos de rocas y alteraciones en fuentes y manantiales. El seísmo fue sentido en Darrical, Turón, Murtas, Lucainena, Ugíjar, Alcolea, El Ejido y Adra, entre otros.
¿Puede repetirse un gran terremoto?
Según el Plan de Emergencia por Riesgo Sísmico de Andalucía, la provincia de Almería no está exenta de experimentar, en ciclos de retorno de unos 475 años, movimientos sísmicos de hasta 8 grados de intensidad. Un terremoto de esa magnitud podría tener consecuencias graves en unas 7.000 viviendas de la capital y más de 5.000 en el Poniente almeriense, sobre todo en edificaciones antiguas o sin refuerzo antisísmico.
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