Un supuesto intento de agresión sexual "distrajo" la investigación del homicidio de El Puche

El supuesto intento de agresión sexual a una mujer cercana al joven que murió apuñalado en un cruce de la avenida Mare Nostrum de El Puche provocó que la mirada de los investigadores se centrara inicialmente en un sospechoso distinto al presunto autor material del homicidio. Su muerte, "especialmente violenta", unida al lugar y la hora de la agresión, hizo que las pesquisas se dirigieran en un primer momento al entorno más cercano de la víctima.

Durante la madrugada del 30 de abril, noche en la que fue apuñalado el joven en El Puche, la Policía Nacional detuvo alrededor de las 2:25 horas a una mujer. Esta les trasladó que, durante la tarde anterior, había visto cómo un hombre —al que había denunciado unos días antes— la seguía mientras iba acompañada del fallecido.

En concreto, la denuncia había sido presentada el 27 de abril por una presunta tentativa de agresión sexual por parte de este hombre, cuyo supuesto carácter "violento y posesivo" no dejaba de subrayar la detenida, quien aseguraba que él había llegado a decirle que "sería para él o para nadie".

La casualidad quiso que este varón presentara además una herida en el labio y no acudiera al trabajo al día siguiente. No obstante, la víctima fue grabada por diferentes cámaras a lo largo de un amplio recorrido, lo que permitió comprobar que no era seguida por nadie.

Pese a las sospechas iniciales, la falta de evidencias que situaran a dicho hombre en el lugar del crimen, así como el conocimiento que el ahora detenido tenía del entorno de El Puche —una zona de arquitectura laberíntica y difícil acceso para no residentes— hicieron que las pesquisas se orientaran finalmente hacia este último.

Por otro lado, los agentes recogieron varias informaciones anónimas procedentes del entorno del barrio que apuntaban al arrestado como autor de la agresión mortal con arma blanca. Estas aportaciones incluían su localización en una zona conocida como el ‘Huevo Frito’ y la identificación de testigos clave.

Uno de estos testigos, que manifestó ser amigo del investigado, relató a los agentes que estuvo con él durante la madrugada del 30 de abril. Aseguró haberlo visto portando una navaja de gran tamaño, que mostró durante un altercado con tres personas desconocidas. Más tarde, ambos coincidieron en una reunión con otros jóvenes en la calle Reina de Saba, donde estuvieron jugando a las cartas. En el transcurso de ese encuentro, el detenido habría llegado a preguntar a otro de los presentes si pasaría algo por matar a una persona “sin papeles”.

Según el mismo testimonio, el arrestado se ausentó del grupo poco después de las tres de la madrugada y regresó en solitario a las 3:47 horas, aproximadamente un minuto antes de que se recibiera en el 112 la llamada de auxilio por el apuñalamiento. Al volver, habría confesado a uno de sus amigos haber matado a una persona, le habría mostrado las manos manchadas de sangre y le habría pedido que se deshiciera de la navaja utilizada. Todo ello quedó registrado en una grabación de vídeo aportada por otro testigo, en la que puede observarse cómo el acusado abandona la reunión y vuelve posteriormente, manteniendo una breve conversación en la que uno de los presentes da un par de pasos atrás, aparentemente sorprendido, y se aleja de manera apresurada del lugar.

La investigación también reveló aspectos relevantes durante el registro en el domicilio del sospechoso. No se hallaron las zapatillas que llevaba la noche de los hechos, y la mayoría de sus prendas estaban especialmente limpias o en el interior de la lavadora, con indicios de haber sido lavadas recientemente. Además, varios cuchillos del hogar se encontraban ocultos, custodiados por su madre por temor a que fuesen utilizados por su hijo.

El arrestado fue puesto este sábado a disposición judicial y, a pesar de acogerse a su derecho a no declarar, se acordó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.