El tatuador almeriense Rodrigo Gálvez gana dos premios en Suiza
El creador sigue recorriendo el mundo con su arte de dejar una huella imborrable sobre la piel La primera jornada del certamen quedó como ganador y al día siguiente fue segundo
Destreza y mucho arte para que la piel se convierta en una pieza para exponer en cualquier museo del mundo. El almeriense Rodrigo Gálvez Miras ha ganado un nuevo premio, el 19º Alchemy Tattoo Expo en Conthey (Suiza) con noventa participantes en los apartados de tatuadores y piercing. Distintas personalidades de este sector de nacionalidades diferentes (Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Italia, Suiza...) han pasado por este certamen con más de 3.000 visitantes cada día.
En el primer día de convención Gálvez Miras ya se llevó el principal galardón: "Al concurso se presentaron 60 tatuajes, de los que ganó el mío. El jurado fue bastante claro. Nadie sabía de qué tatuador era el trabajo hasta que se conoció el ganador. Las personas tatuadas se presentaban delante del jurado con la prohibición total de decir quien era el creador y les daban un número y en la entrega de premios revelaban el número de los tres primeros. El segundo día seguimos tatuando e hice un robot a color, con muchísimo detalle, pero solamente pude optar al segundo premio".
El almeriense continúa con su periplo internacional después de haberse instalado en Suiza: "Estoy preparándome para participar en la convención de Luxemburgo el próximo 15 y 16 de junio y después llegarán Milán, Berlín... con el objetivo de llevar mi nombre como tatuador cada vez más alto. Noto que estoy siendo reconocido por la gente de este mundo". El tatuador asegura que desde pequeño ha destacado en el arte: "Toda mi familia ha pintado. Desde muy niño destacaba en los trabajos manuales y artísticos". Su pasión por el mundo del tatuaje lleva al almeriense a lanzarse a la aventura y comienza a trabajar en un estudio de Zamora (Amor de Madre) y el punto determinante fue su paso por Tributattoo en Mallorca. "Fueron cuatro meses y medio sin descansar ni un día. Aquí empecé a hacer grandes dibujos con brazos y espaldas enteras. He llegado a hacer 14 en un día", reconocía a este periódico poco antes de dejar la isla. Pero su habilidad ya era patente, y el almeriense recibió ofertas para trabajar fuera de España. "Quería aprender inglés y comencé a trabajar en Tempest Artistic Studio de Nueva York. Mi pareja y yo estuvimos viviendo en Poughkeepsie que se encuentra al norte de la ciudad". Después de un nuevo paso por Magaluf, dónde ya había estado previamente, decidió irse a Suiza, país en el que ya es uno de los tatuadores más valorados y en el que ha previsto pasar una larga temporada.
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