Un 'bull terrier' agrede a sus dueños arrancándoles un dedo a cada uno

Un hombre y una mujer de Berja han perdido un dedo cada uno como consecuencia de un ataque de su mascota, un perro de la raza bull terrier considerada peligrosa. Los hechos tuvieron lugar el pasado jueves en torno a las 14:00 horas en el domicilio del matrimonio herido, ubicado en la avenida de Las Alpujarras de la citada localidad almeriense.

El varón, identificado como Juan Jesús G.E., de 24 años de edad, ha sufrido una amputación traumática del tercer dedo de su pie izquierdo. Y, Mari Ángeles B.G, esposa del otro herido, de 28 años de edad, presentaba una amputación traumática del cuarto dedo de la mano izquierda. Las víctimas del ataque del perro fueron de inmediato trasladadas al Hospital Torrecárdenas de la capital donde, tras ser intervenidos quirúrgicamente, se encuentran estables en planta.

Según las declaraciones de Antonio Torres, alcalde de Berja, la pareja estaba almorzando en la cocina de su domicilio con su hija, de tan solo 17 meses, cuando el perro intentó coger algo de la mesa. En este momento, la mujer apartó al perro y éste le atacó arrebatándole un dedo de su mano. Ante esto, el marido fue a separar al can que, agresivamente, se le enganchó del pie arrancándole el dedo del pie.

Las circunstancias que rodean este agresivo suceso están todavía siendo investigadas por la Guardia Civil de la Comandancia de Almería, quien mantiene abiertas las diligencias que instruye el juzgado en funciones de guardia en este municipio. En cuanto al animal agresor, un bull terrier, se encuentra en el centro zoosanitario de la provincia, donde permanecerá en cuarentena a la espera de, en el peor de los casos, ser ejecutado. Un familiar del matrimonio agredido lamenta los hechos y señala que el can ya había dado muestras de agresividad en otras ocasiones, pero nunca había protagonizado una agresión.

Los expertos caninos recomiendan una buena educación desde edades tempranas como pilar fundamental en la rutina de los animales domésticos, especialmente en el caso de razas consideradas agresivas o violentas. Hay que establecer un rol con el animal, dejando en todo momento claro quien es el dueño y a quien hay que obedecer, así, el perro no tendría que comportarse de manera agresiva.