El termómetro tan solo marcaba cuatro grados a las doce de la mañana, y es que la jornada se había despertado fría en Macael. Durante la noche había estado nevando y el paisaje era más típico de los Pirineos, que de la sierra de los Filabres. La nieve lo cubría todo diseñando una postal idílica cuyo protagonista era el propio pueblo.

A pesar de las bajas temperaturas los habitantes de Macael tenían ayer ganas de estar en la calle, concretamente de acercarse al edificio del Vaticano, que recibe ese nombre por las dos grandes cúpulas que lo coronan. Este inmueble de servicios múltiples se transformó ayer en un mercadillo muy especial. Dieciocho comercios del municipio, englobados en ACOSEMA, Asociación de Comerciantes de Macael, sacaron sus mercancías a la calle para que todo el mundo pudiese disfrutar de sus rebajas y viesen de primera mano como no es necesario irse a otros municipios para hacer buenas compras.

A las once de la mañana abrió sus puertas el rastrillo y desde el primer momento la gente acudió en masa, y es que este tipo de actividades cuentan siempre con un amplio respaldo de multitud de personas que acuden animadas por el bullicio y que al final siempre compran algo, contaba Guillermo Cruz, directivo de la Asociación.

La variedad era inmensa, había portaretratos, zapatillas deportivas, camisetas, perfumes, broches, bufandas, y productos de cosmética. Una amplia oferta de artículos que no dejaron a nadie indiferente y que en poco tiempo comenzaron a agotarse.

Cada una de las compras realizadas en estos puestos fueron premiadas con una papeleta para participar en el sorteo de tres cheques de mil euros cada uno. Una rifa que viene realizando ACOSEMA todos los años, y que siempre viene acompaña de alguna actividad extra para animar a todos los presentes. Un dinero que los ganadores deberán de invertir en los establecimientos asociados, "de esta forma se pretende potenciar el comercio de la zona. Es una forma de mover el dinero, que en estos momentos hace mucha falta", explica Loli Pérez, presidenta de la Asociación.

Y para que nadie pasase hambre ni sed tres cocineros se dedicaron a hacer una tortilla de patatas gigante en la que se utilizaron 300 kilos de patatas, 30 de cebollas, 10 litros de aceite de oliva y 2000 huevos. Para su elaboración se necesitaron más de dos horas de cocción, y se utilizó una lumbre hecha con leña para que el sabor fuese más intenso. Un menú que se aderezó con un vaso de sangría para cada uno de los presentes, que el algunos momentos llegaron a ser más de dos mil.

Cuando la tortilla estuvo lista la cola de personas esperando para poder probarla daba la vuelta al edificio, y es que se repartieron más de 1200 bocadillos para que nadie se quedase con las ganas de saborearla.

El pueblo de Macael salió ayer a la calle en masa y se empapó de la festividad de los días pasados para disfrutar con todos sus vecinos de una actividad cuyo único objetivo es fomentar el comercio local y que la gente no se vaya de compras fuera.

Paqui Martínez trasladó su herbolario, ubicado en el barrio de la Virgen del Carmen, y mostró la amplia variedad de plantas medicinales que tiene, la cosmética natural y los productos adelgazantes, muy demandados, por cierto, a comienzos de este 2009. "Me gusta formar parte de estas iniciativas porque es una forma de seguir vendiendo, pero dejando a un lado la monotonía diaria. Además es cierto que a nivel comercial estas actividades nos ayudan mucho, porque viene muchísima gente", explicaba Paqui.

Deportivos Macael es el nombre del establecimiento que Víctor Serrano tiene en la calle García Lorca y que ayer trasladó todo su material hacia el mercadillo de ACOSEMA. En él había una amplia variedad de zapatillas de deporte, con un denominador común, unos precios asequibles para todos los bolsillos. Víctor ya participó en una iniciativa similar a esta que se realizó hace unos seis meses, y aseguró que "estaba muy satisfecho, porque en estos rastrillos se consigue vender bastante".