Almería

Una tradición con mucho duende

  • Uno de los momentos más bonitos y esperados de la boda es la prueba del pañuelo, que sirve para demostrar que la novia es virgen · En esta localidad se han celebrado un alto número de enlaces

Aunque la cultura gitana se ha ido modificando con el paso de los años, asemejándose a la cultura occidental, todavía conservan sus tradiciones más relevantes, entre ellas la boda gitana. En El Ejido conviven centenares de personas de etnia gitana que continúan celebrando este tipo de enlaces, los que poseen más duende de cuantos se celebran en cualquier cultura. Si algo caracteriza a una boda gitana es la sucesión de tradiciones que desde su inicio y hasta que culmina se dan en ella.

Desde el inicio del noviazgo, el tiempo que dura éste, la celebración del enlace matrimonial y su posterior fiesta, así como la vida en común que comienza a muy temprana edad son sólo algunas de las características de estas bodas. Los noviazgos no suelen alargarse demasiado en el tiempo, en muchas ocasiones los novios apenas llevan seis meses de relación cuando se deciden a dar el "Sí, quiero". Lo que sí ha cambiado en cierta medida es la edad en que los jóvenes contraen matrimonio. "Antiguamente se casaban antes, con unos catorce años, pero hoy en día esperan un poco más, pero no mucho. Siguen casándose muy jóvenes", aseguraba Antonio Gómez, presidente de ADUCGE, Asociación por los Derechos y la Unión de la Comunidad Gitana de El Ejido.

Pero si algo caracteriza a estas bodas es sin duda, la garantía, total y absoluta, de que la novia llega virgen al matrimonio. Así como la gran fiesta que en honor a esta unión se celebra. Por lo general, la tradición marca que los novios deben casarse por el rito evangélico o católico por la mañana y la pureza de ambos es algo esencial en este tipo de ceremonias ya que los gitanos la valoran muchísimo, aunque en muchas ocasiones el novio tiene la opción de ser virgen o no. Eso sí, una vez han contraído matrimonio éste debe serle totalmente fiel a su mujer. Aunque años atrás la tradición gitana establecía que las bodas o las uniones de pareja eran acordadas por los padres y, necesariamente, debían realizarse entre gitanos; actualmente esta regla ha cambiado "y cada uno elige con quién quiere formar pareja. Además, hay muchos matrimonios mixtos, entre payos y gitanos, aunque se suele respetar la tradición gitana para la celebración de la boda", sostenía Gómez. Una boda, para cualquier gitano es una gran alegría. Tanto es así que ya desde la salida de la novia de su casa comienza el baile. Se le canta y baila en la propia puerta antes de que se suba al coche nupcial.

Para una gitana el día más especial de toda su vida es, sin lugar a dudas, el día de su boda. Pero no sólo para ella sino para toda su familia, dado que para que se celebre el enlace la joven debe llegar virgen al matrimonio "lo que supone una honra para sus padres", asegura Gómez. Esa es una regla inquebrantable. Tras la celebración del enlace, y una vez finalizado el banquete, mientras los invitados continúan bailando, se comprueba la virginidad de la novia a través del acto del pañuelo, conocido como Yeli. Aquí, una figura muy importante es la conocida "ajuntaora". Ésta, de gran tradición familiar, es la encargada de comprobar el día de la boda si la desposada es virgen. Para la prueba, la novia, junto a la "ajuntaora" y varias mujeres más, que actúan de testigo, se trasladan hasta una pequeña sala para preparar el ritual del pañuelo. Sobre una cama o mesa colocan una sábana y una almohada, las mujeres arrojan pétalos de rosas y claveles. Todo listo para comprobar su pureza. Si cuando se introduce en la joven el pañuelo éste sale manchado con tres pliegues de sangre, las tres rosas, ésta es virgen.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios