Más turistas extranjeros que nunca a pesar del batacazo del aeropuerto
Almería sella el mejor registro desde hace más de una década de viajeros de otros países en junio y julio con 28.108 y 37.153, una paradoja para el verano con menos vuelos internacionales
Más que una revolución turística, casi un milagro. El verano en el que se están registrando las cifras más bajas de vuelos y conexiones con el extranjero en el aeropuerto de Almería, al menos en el último lustro, se está saldando con uno de los mayores crecimientos de viajeros de otros países. El cese de tres rutas regulares a Dusseldorf, Birmingham y East Midlands y la reducción de los vuelos chárter a Belgrado y los de la turoperación de Primera Air con Helsinki, Oslo y Aalborg han forzado la pérdida de casi un 30% de los pasajeros de tráfico aéreo internacional, todo un lastre para un aeropuerto que no levanta cabeza desde el mes de abril, en el que perdió todos los pasajeros que había ganado entre enero y marzo. Un retroceso en las estadísticas que contrasta con el mejor registro de los últimos años en cuanto a la llegada de turistas de otros países al destino Costa de Almería. En junio fueron 28.108 los extranjeros los que se alojaron en hoteles de la provincia, casi el doble de los que lo hicieron en el mismo periodo de 2010 (15.453), y en julio 37.153, en torno a 6.000 más de los llegaron el año pasado. Se han pulverizado las marcas de ejercicios anteriores, en los que ya se había tocado techo, si bien es el mercado doméstico sobre el que se asienta el sector turístico. Entre enero y agosto han sido 698.404 los viajeros que han pernoctado en la provincia, el mejor arranque desde los siete primeros meses de 2008 en los que se alcanzaron los 748.182 turistas. Eso sí, la cifra de pernoctaciones será de récord en 2015 y tan sólo en el mes de julio se ha logrado superar la barrera de las 900.000 con una estancia media de 4,62 días.
El destino almeriense continúa avanzando hacia su consolidación internacional, a través de un plan de promoción y acuerdos con los principales turoperadores, pero el hándicap del limitado abanico de conexiones aéreas, al que se suma el retraso de la Alta Velocidad y la larga espera para que se complete la A-7 con Málaga, lastran a un sector que en julio creó casi 5.000 empleos y en el último año llegó a generar 1.400 millones, más de 900 derivados del gasto directo de los turistas y los restantes de su producción indirecta. En julio el de Almería fue uno de los cuatro aeropuertos españoles con peores resultados al perder casi un 15% de usuarios en relación al mismo mes del año anterior. Entre las causas, además de las pérdidas de frecuencias y operaciones chárter con los países nórdicos y de vuelos regulares con Alemania y Reino Unido, figura la reciente marcha de Air Berlín en su conexión con Palma de Mallorca y de la fuga de Air Europa. La filial de Iberia, Air Nostrum, desplazó entre enero y agosto a 126.134 pasajeros, casi la tercera parte de los 396.011 que volaron desde el aeropuerto de El Alquián. De hecho, ha conseguido que aumente en un 52% la cifra de viajeros entre Almería y Sevilla, un incremento que contrasta con los retrocesos significativos en las operaciones de las low cost, sobre todo de Ryanair que ha pasado de ser la segunda a quinta aerolínea.
En julio del pasado año viajaron con la compañía irlandesa 19.351 personas y en el mismo mes del presente ejercicio sólo 9.036. Lo mismo ocurre con Primera Air que de los 11.689 turistas desplazados ese mes de 2014 se han quedado en julio del actual en sólo 2.821. Entre los motivos de la reducción de la operativa turística con los países escandinavos está la ligera subida de los precios hosteleros, más competitivos que en veranos anteriores por la buena marcha del sector, si bien es difícil hallar una explicación para la pérdida de frecuencias de otras aerolíneas como Monarch o Air Berlín. Otras causas que provocan el desajuste en la estadística de pasajeros de otros países y turistas alojados es la llegada por carretera, como ya ocurriera otros años con los rusos y este verano con los polacos. Más turistas extranjeros con menos vuelos. Al filo de lo imposible.
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