"Lo único que mueve al capital es el talento"
FORO Joly nos permite tener entre nosotros a uno de los almerienses que mejor representa la cultura emprendedora y valiente de esta tierra. Aplicando el principio de que "no arriesgar equivale a fracasar", Manuel Lao Hernández emprendió, hace más de treinta años, la reinvención de la industria del juego. Hoy su empresa, la corporación Cirsa, posee 25 casinos -4 de ellos en nuestro país-, 88 bingos, más de 36.000 máquinas recreativas y casi 15.000 máquinas de azar. En la cúspide de uno de los primeros grupos privados de España, nuestro invitado ha dado en los últimos años un impulso exponencial a su grupo con incursiones en el mercado norteamericano, algunos países latinoamericanos o Italia. Más de 14.000 empleados y 212 empresas en más de 70 países apuntalan la idea de que desde su creación, en 1978, la historia de Cirsa ha sido una carrera de éxitos constantes. En España, su ubicación en el liderazgo del sector nacional del juego le ha convertido en uno de los primeros contribuyentes de la Hacienda pública, a la que aporta más de 400 millones de euros al año procedentes de los impuestos y tasas sobre el juego, lo que supone más de un millón de euros al día.
Me parece importante destacar la apuesta que Cirsa ha hecho por la innovación, por la investigación y por la transferencia de ese conocimiento. La multinacional cuenta con dos centros de I+D+i y con otro de producción en nuestro país.
Nuestro invitado es el más claro ejemplo de que para sobrevivir en el mundo actual, enormemente competitivo, se necesita innovar.
Innovar es experimentar y los experimentos siempre conllevan un riesgo. Se puede tener éxito o fracasar, pero hemos de ser tolerantes con los fracasos. Debemos tomar como ejemplo la filosofía que se practica en uno de los lugares del planeta en los que más se innova: Sillicon Valley, en Estados Unidos. Allí, los fallos no son una mancha negra en el expediente, sino la antesala del éxito. Esta máxima puede y debe aplicarse en todos los ámbitos: en la educación y en la universidad, fomentando el espíritu emprendedor entre nuestros estudiantes, y también en el mundo de la empresa.
Este es el peor momento para dormirse en los laureles. Innovar implica competir con uno mismo. Hoy por hoy, lo único que mueve al capital es el talento.
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