Almería

Los vecinos se emocionan en su Bicenterario con Carlos Díaz

  • El escritor madrileño confiesa ser un enamorado de esta tierra del Levante almeriense

El área de Cultura del Ayuntamiento de Carboneras organizó el martes por la noche una nueva charla sobre la historia del municipio en el marco de la celebración del Bicentenario, que tuvo lugar en la Casa de la Música. Una conferencia que en esta ocasión corrió a cargo del escritor Carlos Díaz, madrileño y enamorado de esta tierra del levante almeriense desde aquel primer verano del 68 en el que llegó para pasar sus vacaciones.

Así, Carlos Díaz emocionó y sorprendió a los asistentes con algunas de las imágenes que componen su colección particular de fotos del municipio, que incluye instantáneas desde ese primer verano, en el que contaba ocho años y hasta que cumplió los veintitrés, así como de otros momentos hasta la actualidad. "Tengo fotos de entonces, la mayoría tomadas por mí y otras por mi padre, en las que se ve Carboneras desde distintos ángulos, panorámicas, personas, lugares y escenarios porque me encanta la fotografía, que me inculcó mi padre, y es algo fundamental en mi vida".

En esta línea, Díaz confiesa que "no tengo recuerdos anteriores a Carboneras, yo llegué con ocho años y es una edad a partir de la cual abres los ojos a la vida y es cuando todo te llama mucho la atención, además nunca había salido de Madrid y conocía el mar viniendo aquí a Carboneras", al tiempo que aseguró que "yo en Carboneras he abierto los ojos al mundo y para mí este pueblo es un lugar muy especial, es un punto y aparte, aquí somos muy felices"

En cuanto a esos recuerdos de juventud, Díaz explica que "el cambio que ha dado Carboneras en este tiempo ha sido completo, ya que actualmente cuenta con buenos y completos servicios, donde todo lo tienes a mano, antes recuerdo que para comprar el periódico tenías que esperar a las ocho de la tarde a que abriera Correos para poder adquirirlo", a lo que añade que "recuerdo que al principio cuando venía no había neveras y había que ir cada día al mercado para hacer la compra, no había luz eléctrica y las neveras que había funcionaban por butano, que a mí me llamaba mucho la atención que el butano diera frío", para finalizar asegurando que "hoy en día Carboneras mantiene el espíritu y la tranquilidad de un pueblo con los servicios completos de una población moderna, lo que lo convierte en un lugar ideal".

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