“Esto se veía venir”: miedo, silencio y hastío tras un mortal triángulo amoroso en El Ejido

“Esto se veía venir”. Es lo que asegura uno de los vecinos que esta madrugada se han despertado sobresaltados por los disparos que han acabado con la vida de un menor de 17 años, presuntamente tiroteado por un hombre de 30 años que a continuación se ha quitado la vida en un supuesto “triángulo amoroso”.

La Loma de la Mezquita es un barrio deprimido de El Ejido, pero ni mucho menos el más conflictivo de los núcleos de este municipio del Poniente almeriense. Y sin embargo, este viernes imperaba en los alrededores de la calle Francisco Ayala, donde ha tenido lugar el crimen, la ley del silencio.

Sin cámaras o grabadoras que dejen constancia de lo que cuentan, estos vecinos apuntan que sobre las seis y media de la mañana ha sucedido todo. “No sabía ni que eran disparos, he escuchado: ‘pam, pam, pam’. Me han despertado más las luces de la ambulancia”, apunta desde un balcón una de estas vecinas.

Según ha detallado la Policía, las primeras informaciones apuntan a "un triángulo amoroso" entre un joven de etnia gitana de unos 30 años, una mujer de origen magrebí, de una edad similar, y un menor de etnia gitana, de 17.

Al parecer, ha añadido, el primero ha descubierto la relación de los otros dos y ha ido a buscarlos, por lo que el menor ha tratado de huir en un taxi, momento en que el joven le ha disparado, parece que en tres ocasiones, en el costado.

El taxista ha emprendido entonces la huida y ha trasladado al menor al hospital, donde los sanitarios no han podido hacer nada para salvarle la vida. Posteriormente, en la misma zona de Loma Mezquita, ha sido hallado sin vida el presunto autor de los disparos.

Fuentes policiales han señalado que el presunto suicida habría decidido quitarse la vida por temor a la familia del menor, quien a su vez estuvo presuntamente implicado en un intento de homicidio acontecido el pasado verano, aunque no han trascendido más datos al respecto.

De la mujer marroquí poco se sabe. Los vecinos manifiestan que llegó a la zona en fechas recientes y que tiene una niña de 9 años. Añaden que habría tenido algún tipo de relación esporádica con el hombre de 30 años, que estaba “enamorado” de dicha mujer.

Mientras un vehículo de alta gama de color negro con dos ocupantes da vueltas por los alrededores, coartando aún más a los vecinos, éstos muestran su hartazgo. Incluso uno de ellos, de edad avanzada, insiste en que “esto se veía venir”, aseverando que la Policía debería haber actuado antes.

Y es que todos parecen conocer las supuestas relaciones delincuenciales del menor fallecido y de su entorno. Tanto como para silenciar incluso a los pocos familiares animados a mostrar su rostro para explicar lo ocurrido.

Los investigadores están a la espera del resultado de la autopsia que se practique a los dos cadáveres y a la toma de declaraciones para confirmar o descartar la principal hipótesis sobre este suceso.

Una tesis que pasa por unos celos que han concluido con un homicidio y un posterior suicidio, que parece haber sido ejecutado con el mismo arma que la que acabó con la vida del menor, una pistola corta que ha sido recuperada.

Mientras, con el vehículo del presunto homicida y suicida aún estacionado a escasos metros de dónde se encontró su cuerpo, los servicios municipales limpian el entorno ante los ojos de unos vecinos que desean no ver nuevas consecuencias de este crimen.

Calma tensa en El Pozo de la Tía Manolica

Lejos de la calle Francisco Ayala, en Matagorda, en El Pozo de la Tía Manolica, se respira también una calma tensa. Y es que familiares de ambos fallecidos residente en este lugar, en el que se han desarrollado numerosas actuaciones policiales contra el cultivo de marihuana y el tráfico de drogas; escenario además de enconados enfrentamientos entre clanes rivales.

La seguridad en el municipio es una de las preocupaciones municipales. Ya el año pasado el alcalde Francisco Góngora reiteró que hace falta "una revisión de los catálogos de puestos de trabajo de las plantillas policiales, porque están obsoletas, cuanto menores son las plantillas policiales mayores son los índices de criminalidad y me preocupa especialmente la de Guardia Civil”, ha expresado el alcalde, Francisco Góngora.

Para garantizar la seguridad en el ámbito rural, la costa y los núcleos de población excepto El Ejido centro y Santa María del Águila, el puesto de la Guardia Civil cuenta con apenas 60 efectivos, “cifra claramente insuficiente para las necesidades del municipio”, subrayaba el primer edil tras la aprobación de una moción que exigía adecuar las plantillas policiales “a las necesidades reales y actuales del municipio, y que los mismos sean cubiertos al 100%, todo ello sin perjuicio del refuerzo de estas con unidades especializadas en materias como inmigración y tráfico de drogas”.

Francisco Góngora puso el foco en que “hacen falta no solo más medios personales, también medios materiales”, y puso como ejemplos que “la Comisaría de Policía Nacional necesita una reforma significativa, así como la intervención de armas de la Guardia Civil”. Góngora subrayó que “necesitamos también medios marítimos que sean eficaces, que se usen de forma adecuada; y medios aéreos, porque somos provincia limítrofe con el continente africano y ha ido en aumento el tráfico de estupefacientes y el crimen organizado con esas ‘narcolanchas semirrígidas’, que hacen viajes con el norte de África en pocas horas y están traficando con seres humanos; todo eso necesita de más medios y más determinación política”.

Al hilo, el acuerdo aprobado por unanimidad expresaba que “desde el Ayuntamiento de El Ejido llevamos tiempo denunciando una falta de responsabilidad por parte del Gobierno Central por la carencia de medios que sufren la Guardia Civil y la Policía Nacional”, y exigía “poner todos los medios y recursos necesarios en materia de seguridad, especialmente en los municipios que soportan una alta presión migratoria”.