"Si no vendemos, en octubre esto está muerto, como la construcción"

"Tristeza, angustia e indignación" son algunos de los sentimientos que el productor de agricultura ecológica Miguel Cazorla expresó en su intervención en la jornada de ayer ante el calvario que ha vivido y continúa sufriendo debido a la falsa acusación vertida desde las autoridades alemanas de contaminación por E. coli y que ha provocado que tenga que arrancar las 22 hectáreas de cultivo que tiene en su finca de Pechina, "con unas lágrimas como puños" y un drama para él y para cada una de las 69 familias que viven de esta empresa y a los que tiene que pagar cada mes.

Sin querer mostrarse demasiado pesimista, Cazorla recordó lo "vulnerable" que es la agricultura almeriense, a pesar de "años de investigación del Ifapa, Cajamar y tantas empresas" y criticó las "migajas" que la Unión Europea ha planteado como ayudas para paliar los daños por esta crisis alimentaria, pues apuntó que de los 210 millones de euros "para 28 países", Holanda se llevará 89 millones, mientras que Alemania hará lo propio con otros 70.

Desgranó el proceso legal en el que la empresa se encuentra inmersa, en el que contrataron un bufete de abogados "desde el minuto cero", y que lleva enviados un total de 62 escritos al gobierno alemán pidiéndoles las pruebas y los documentos que tenían en su poder a finales de mayo para acusar directamente, con ellos, a su empresa y a la comercializadora malagueña Frunet.

"Hay que obligar a Alemania a que diga que el producto español es bueno y no justifique lo que ha hecho", puntualizó, señalando como contrapunto que Francia ya ha puesto "una denuncia inmediata" y España debe hacerlo.

En ese sentido, consideró que el país (España) no tiene fuerza como nación, por lo que, a su juicio, "esto acaba de empezar, hoy no podemos vender a la UE. Y si no vendemos en octubre, esto está muerto, como ocurrió con el sector de la construcción", dijo.