La venta en la calle se convierte en alternativa para llegar a fin de mes
Las cifras de la Policía arrojan un aumento del comercio no autorizado respecto a 2009
La situación económica que atraviesa el país ha obligado a miles de familias en el último año a buscar alternativas para poder ganarse la vida. La venta ambulante ilegal ha sido una de las opciones que más adeptos ha acaparado en la provincia de Almería.
La tendencia a practicar este tipo de comercio es cada vez mayor. Según datos proporcionados por el Grupo Operativo PUMA de Venta Ambulante de la Policía Local, con respecto al mismo periodo del año pasado, se ha incrementado entre un 200 y un 300 por ciento la cantidad de productos requisados, mientras que las actas abiertas de decomiso o hallazgo han llegado a duplicarse. Unos datos bastante alertantes si se tiene en cuenta que este tipo de venta no es legal.
La venta ambulante no autorizada se da en varios puntos de la capital. Desde inmigrantes vendiendo refrescos y otros enseres en playas hasta padres de familia que comercian con frutas y legumbres por las calles, sin olvidar la venta de cd´s pirateados y películas descargadas de internet.
Los comerciantes que no poseen licencia se arriesgan a ser sancionados con multas que oscilan entre los 300 y los 6.000 euros, una cantidad que en la mayoría de los casos no pueden permitirse, por lo que muchos de ellos quedan declarados como insolventes . Cabe destacar la labor continua que ejerce La Policía Local para evitar este tipo de venta en la ciudad de Almería. Detener el comercio ambulante ilegal exige una actuación inmediata de los agentes y una rapidez extrema. La facilidad de los vendedores para huir es tal que basta con cerrar el maletero y arrancar el motor para esquivar a las autoridades. Muchos comerciantes salen corriendo con la mercancía cuando observan la presencia de los agentes, por lo que es muy complicado intervenir y requisar los productos.
En otras ocasiones, los vendedores huyen sin echar la vista atrás y dejan la mercancía abandonada. Es entonces cuando la Policía recoge la mercancía y se levantan las actas de hallazgo.
Al igual que la crisis afecta a los comerciantes también lo hace a los compradores. Por ello, muchas familias deciden comprar alimentos en este tipo de puestos al ser el precio mucho más barato que en cualquier establecimiento. En algunas ocasiones los productos llegan a rebajarse hasta un 50% sobre el precio de la tienda.
Tanto la Policía como la Delegación de Salud recomiendan que no se consuman productos adquiridos en este tipo de puestos, debido a que en muchas ocasiones estos alimentos no cumplen los controles mínimos de calidad, lo que conlleva un riesgo de intoxicación bastante alto.
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