Lo que nunca verá la luz

Desde el proyecto "del lago", a las cúpulas o al modelo integral, quedan en la historia

Lo que nunca verá la luz
Lo que nunca verá la luz
O. L. / Almería

06 de abril 2012 - 01:00

Alguien pensó que era una buena idea plantear uno de los proyectos más disparatados que se recuerdan en la reciente historia de Almería. Poco antes de una campaña electoral municipal el Grupo Socialista en el Ayuntamiento encargó a los arquitectos Eduardo Leira y Javier Bustinduy un proyecto de soterramiento que incluía un lago artificial que empezaba a la altura del Cable Inglés y desembocaba en la acera de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, a los pies de la antigua estación de ferrocarril. La atrocidad urbanística, contó con la mofa de cuantos ciudadanos la conocieron y, obviamente, les costó una severa derrota en las urnas.

Desde entonces se han sucedido proyectos más o menos afortunados de los que el de las bóvedas (hasta cuatro) era el que más posibilidades tenía de llevarse a efecto a pesar de las alegaciones de colectivos sociales como el Foro Ciudad y de un cierto resquemor de que ese elemento arquitectónico iba a continuar con la separación de la ciudad en dos. Sus defensores argumentaban que eso mismo sucede en la Rambla y nadie lo plantea como una cicatriz en plena capital almeriense.

El secretario de Estado de Fomento, Jesús Miranda Hita, una de las personas que más ha hecho porque en Almería se vea un día la Alta Velocidad y que las vías no separen a los almerienses, zanjó la polémica poco antes de abandonar el Ministerio, con la solución de rebajar el nivel del soterramiento unos cuantos metros, con lo que se eliminaban esas bóvedas y la superficie quedaba limpia de cualquier obstáculo.

Ahora, unos y otros nunca verán la luz. La mala aplicación de los recortes se las ha llevado por delante. ¿Para siempre?

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