Un viaje a las profundidades marinas en un barco con el fondo de cristal
La solidaridad a bordo de cada trayecto Lázaro Rico y su familia harán entrega de un talón con la recaudación obtenida este año, además de una fiesta, a la Asociación Argar
Lázaro Rico Antolín puede surcar toda la costa mediterránea, especialmente la cuevana, con los ojos cerrados. Se la conoce palmo a palmo, tanto en superficie como en las profundidades marinas que pueden observarse mediante el fondo de cristal del casco con el que va equipado el 'Nuevo Amanecer II'. A las once en punto de la mañana, Lázaro suelta los cabos de proa que amarran el barco al muelle, mientras José Rico, uno de los dos hijos de Lázaro, maniobra para enfilar la bocana del puerto de La Balsica, en Villaricos. Comienza uno de los cuatros viajes diarios que realizan con los pasajeros a bordo. Ahora, a partir de octubre y dos veces por semana, llevarán por el mar a los turistas de la tercera edad que llegan a Mojácar.
"Desde pequeño", cuenta Lázaro Rico, "me dedicaba a la pesca. Después, en Cadaqués, llevábamos barcos para buceo, para pasear gente, y de ahí nos viene la empresa que hemos montado con los dos barcos". Joaquín, el otro hijo de Lázaro, patronea el 'Nuevo Amanecer I', ambas embarcaciones componen la flota de 'Rutas Turísticas', una empresa turística familiar de tradición marinera. "Nuestra familia ha estado siempre vinculada al mar, y durante generaciones, el mar ha sido nuestro medio de vida".
El 'Nuevo Amanecer II', 10 metros de eslora por 3,40 de manga, con una capacidad para 22 personas, navega a 7 nudos con rumbo a la cala del Peñón Cortao, "una zona con mucha posidonia, estrellas de mar, y bastante roca con mucha vida que es lo que intentamos que los niños vean", comenta Lázaro en una conversación seguida con interés por algunos pasajeros en la cubierta de proa. "En el antiguo Villaricos los pescadores salaban el pescado, con la posidonia lo mantenían fresco. La posidonia, ya en vías de extinción", se lamenta Lázaro.
Paralela al ángulo formado entre la línea de crujía y el norte, se extiende Sierra Almagrera en una panorámica con fisonomía tan severa como bella. A la altura de Cala Verde se avista una de las bases aún intacta del cargadero de las minas de Almagrera en cuyo entorno se ha creado una estructura con mucha vida marina. La visibilidad es extraordinaria, a través del cristal los pasajeros disfrutan con la visión de unos impresionantes fondos marinos.
La familia Rico no es ajena a la realidad que nos rodea, "un día mis hijos me comentaron la labor de la Asociación Argar. Decidimos colaborar con ellos porque nuestro proyecto empresarial no solamente tiene carácter económico, sino que queremos darle participación a la sociedad, en este caso a través de los más débiles". Así, de cada ticket de embarque que venden, "donamos 0,50 euros a Argar (Asociación de Padres de Niños y Adolescentes con Cáncer de Almería). Cerramos un día nuestro chiringuito que tenemos en el puerto expresamente para ellos, que pasen un día agradable. Les paseamos en barco, comemos, y dentro de lo que es nuestra pequeña empresa ayudamos a estas personas, maravillosas por otra parte".
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