"Una victoria sin sufrimiento para mí siempre será un triunfo sin gloria"
Javier Gil Pastor es uno de los profesionales de Muay Thai con más proyección de Almería. Con tan sólo 20 años de edad ha logrado dos campeonatos de Andalucía, dos de España y uno en Magreb
Lo llaman el deporte de los ocho brazos. Nacido en Siam, Tailandia, el Muay thai es una de las disciplinas de combate más efectivas y rigurosas de las artes marciales. Javier Gil Pastor lo conoce bien, con tan sólo veinte años de edad ha logrado abrocharse el cinturón y mantener en su bolsillo ocho títulos nacionales del peso Welter.
Natural de Monóvar, Alicante, estuvo tres años compitiendo a nivel amateur, hasta que tuvo que dejarlo para marcharse a Almería a comenzar sus estudios de Educación Física. Nunca fue partidario a desligarse de aquello que le gustaba y al poco tiempo de establecerse en la capital se matriculó en el gimnasio Budokan, donde entrenaba diariamente con el único objetivo de mejorar, lejos de pensar en el sueño de encontrarse sobre un ring frente a otro contrincante. "Estaba haciendo sombras y un poco de saco. A los diez minutos se acercó Juan Antonio Villanueva Zapata y me dijo que tenía madera, que creía que si me sacrificaba y mejoraba ciertas técnicas podía llegar a ser un gran profesional. El caso es que me gustó la idea y acepté el reto", explica, sentado en la cafetería Colonial de Almería, mientras da cuenta, a pequeños sorbos, de su botella de agua.
Entrenaba durante seis horas diarias. Por la mañana temprano, tras una hora y media de carrera, se venda los puños para golpear al saco, el ejercicio por excelencia para cualquier boxeador, que encuentra en él la única forma de perfeccionar sus golpes sin miedo a recibir una respuesta inmediata. "En el Muay Thai debes ser muy completo. Te puedes enfrentar a buenos boxeadores y excelentes pateadores. Mi deber es perfeccionarlo todo y mantener una buena dieta. Es la única forma de reconocer y anular las cualidades de cualquier adversario. En todos los ejercicios de saco, comba o cliching trabajamos algo en concreto. La coordinación, la rapidez, el fondo; todo sale a la luz en el instante en que suena la campana y comienza el combate. Por eso debo estar muy bien preparado para salir a pelear. Si te despistas, en una décima de segundo, estarás besando el suelo", asegura.
Su primera victoria la consiguió en el Campeonato provincial de Almería. De guardia ortodoxa y naturaleza estilista, su agilidad y técnica al contraataque se equilibran con su pegada. Aunque es diestro, maneja también la izquierda a su antojo. "El secreto es intentar siempre desplazarte en oblicuo para salir de la trayectoria del golpe de tu contrincante.Al principio es difícil, pero a medida que pasa el tiempo consigues equilibrar el cuerpo y la mente, como lo hacía Bruce Lee, como Michael Jordan o Zidane. Todo se trata de anticiparte a los movimientos del contrario. Ese es el secreto de un gran campeón", manifiesta.
En el Muay thai prima el respeto. Javier asegura que sus contrincantes son su razón de ser. Cuando viajó a Tailandia por primera vez para pelear en el Thai Stadium, hace tan sólo unos meses, se dio cuenta que en su sangre sólo fluía humildad. "Allí es como una religión y hay que mostrar toda tu humildad. Aquel combate lo perdí porque me partí el metatarso, una lesión que arrastro hasta el día de hoy. En realidad, sabía que no podía sorprender a nadie", afirma.
Mientras se recupera ya piensa en su nuevo reto, que llegará en el próximo mes de marzo: lograr la corona de K1 en Japón.
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