Así fue la vida de Martimar, el periodista que amó Almería y su casco histórico

La Asociación de Vecinos del Casco Histórico de Almería conmemorará el próximo sábado 19 de julio el 40 aniversario del fallecimiento del periodista Juan Martínez Martín, Martimar, con la colocación de una placa conmemorativa en la casa donde nació, situada en la Calle de la Reina, el 4 de octubre de 1905. El acto tendrá lugar a las 11:00 horas y contará con la participación de vecinos, familiares y representantes del mundo cultural.

La presidenta de la asociación, Magdalena Cantero, ha destacado que este gesto forma parte de un proyecto iniciado hace más de una década para recordar a personas ilustres que nacieron o vivieron en el barrio. “Es un ejercicio de respeto a quienes nos antecedieron y que demostraron su amor por este barrio y por la ciudad”, ha afirmado.

Martínez Martín nació en pleno casco antiguo, fue bautizado en la ermita de San Antón y realizó sus primeros estudios en el colegio de La Salle de la calle Almanzor. Más tarde estudió Bachillerato en la Escuela de Artes y Oficios y se trasladó a Madrid para cursar Filosofía y Letras, carrera que abandonó para dedicarse por completo a la literatura y el periodismo.

Desarrolló su carrera entre Madrid, Barcelona y Almería, trabajando en medios como La Esfera, El Diluvio, La Crónica Meridional, El Mediterráneo, Heraldo de Almería, La Voz y Yugo, antecedente del actual diario La Voz de Almería. En muchas de estas redacciones firmó como Marti-Mar, y más adelante como Volapie, apodo con el que se convirtió en una autoridad del periodismo taurino local.

Como recuerda Antonio Sevillano Miralles, estudioso del Casco Histórico, “el Casco Histórico de Almería fue su hábitat natural”. Residió en calles como Mineros y Zaragoza, y sus exequias se celebraron en la iglesia de San Pedro tras su fallecimiento en 1985 a los 79 años, como consecuencia de un derrame cerebral.

Martínez Martín fue redactor jefe del periódico Yugo desde 1947, y vivió la transición de este diario a la actual La Voz de Almería en 1962. Tras su jubilación en 1971, continuó escribiendo crónicas taurinas, por las que fue ampliamente reconocido.

Galardonado por las peñas El Taranto y Jueves Taurinos, su legado sigue vivo gracias al premio que lleva su nombre, convocado anualmente por el Foro Cultural "3 Taurinos 3", que reconoce la mejor crónica taurina del año.