En memoria de Blas Cariillo. Vidrieras de Turre

Almería

A modo de obituario. Al amigo fallecido lo designé personaje representativo de Turre en un reciente especial dedicado a la provincia. Sea ahora su semblanza un homenaje de admiración y respeto

En memoria de Blas Cariillo. Vidrieras de Turre / D.A.
Antonio Sevillano

26 de septiembre 2021 - 07:00

Hace un par de semanas Ángel Fernández, quiosquero en Dr. Gregorio Marañón del que ambos éramos clientes, me dio la preocupante noticia: a don Blas Carrillo lo han hospitalizado a consecuencia del Covid-19. El martes se confirmó el fatal desenlace que aun no he asumido. Tras varios cafés compartidos, a finales de junio me mostró in situ el legado que perpetuará su memoria: subimos al coro parroquial para que pudiera tocar la vidriera con el útero de María que albergaría el embrión de Jesús de Galilea y una insólita sensación estremeció mi cuerpo. Me presentó a sus compadres payos y calés; probamos los caracoles en Casa Adelina y me invitó a comer en el restaurante Riad Cabrera -de su no menos amiga Fátima Mouhib, en un paradisíaco enclave de la majestuosa Sierra- e hicimos planes para celebrar allí su próximo aniversario con cantaores y guitarristas de estrecha confianza… Ya ningún proyecto será posible. El maldito coronavirus ha segado su vida y vestido de dolor y luto a su amada familia. Que la tierra turrera le sea leve junto a la tumba de su padre.

Blas Carrillo, Hijo Adoptivo de Turre / D.A.

Conocí al Dr. Bartolomé Carrillo Corella (su padre) en la década de los sesenta cuando pasaba consulta en la antigua Casa del Médico de Turre, en la céntrica plaza hoy reformada, y al que el Municipio honró en 2011 dedicándole una calle. De fuerte carácter, generoso y gran humanista, formaba parte de una generación de profesionales sanitarios que en la comarca se remonta a centurias. Entre ellos Ginés Carrillo (propietario del mojaquero Teatro Aquelarre), Blas Carrillo Rodríguez (Cruz de Beneficencia por su abnegada actuación en Laroya durante la gripe de 1918) y Luis Corella, cirujano y masón. Altruismo heredado por su hijo Blas, puesto de manifiesto en las numerosas donaciones al Ayuntamiento y a la iglesia parroquial que no es momento ni lugar de enumerar.

Blas Carrillo, ante una vidriera / D.A.

Vitrales que anuncia la Vida

De tres naves y planta en cruz latina, fue edificada en el s.XVII y reconstruida en el XIX por el arquitecto Marín Baldó. Circundando su perímetro, el visitante quedará sorprendido ante la más bella colección de vidrieras policromadas existente en la Diócesis. Y dada su temática humana, mística y mariana, la más impresionante y quizás única de las catalogadas en el orbe católico. Excepcionales piezas artísticas que adquieren su mayor grandiosidad cuando los rayos del sol inciden sobre ellas y experimentan cambiantes cromatismos: rojos, verdes, azules, amarillos, lapislázuli… Pero antes de adentrarnos en su especifidad es obligado aproximarnos a la figura de quien las ha hecho posible.

Tercero de los hijos habidos en el matrimonio del citado Bartolomé y Encarnación, Blas Carrillo López vino al mundo en Mojácar el 7 de septiembre de 1948. No obstante, a los cuatro meses marcharon a Turre, por lo que se considera genuino turrero. Sentimiento acentuado cuando en febrero de 2016 el Consistorio lo nombró Hijo Adoptivo y designó Pregonero en las fiestas patronales de 2014. Estudió bachillerato en el capitalino colegio La Salle, la licenciatura en la Facultad de Medicina de Granada (1972) y el MIR de Ginecología y Obstetricia (1977) en la Ciudad Sanitaria de la Arrixaca (Murcia). Tras la preceptiva oposición ingresó en el servicio de Ginecología del Hospital Torrecárdenas, donde se ha jubilado ostentando la jefatura y creado unidades ginecológicas al servicio de la ciudadanía. Medalla de Oro Colegial de Almería y Colegiado de Honor desde abril de 2018, Blas Carrillo está (estaba) casado con Magdalena Martínez y era padre de tres hijas.

Los espectaculares vitrales policromados perpetuarán la memoria de su generoso mecenas

La Vida en un templo

'Las vidrieras de la parroquial de Turre dejan ver una expresión científica del desarrollo gestacional en la mujer desde la fecundación hasta el parto, mostrando el desarrollo embriológico y fetal en sus distintas fases. Son vidrieras de la Vida. El hecho de estar ubicadas en un espacio pétreo nos hace ir al pensamiento del cardenal Dolan que expresa de una manera muy elocuente y definitoria la esencia de los vitrales que hemos realizado y queremos expresar en nuestra tesis: El vientre materno es el Santuario de la Vida'. Se refiere a la tesis, aún no leída, 'Las vidrieras de la iglesia de la Purísima Concepción de Turre. Ciencia, Arte y Teología', la que a buen seguro causará honda impresión en el mundo académico, comunidad de fieles y en la sensibilidad de los amantes de la Cultura, independiente del credo profesado. El magno proyecto surgió de una clarividente reflexión ante el féretro de su padre: “Abajo la Muerte, por tanto arriba -se dijo, elevando los ojos a la cúpula del templo- debe reflejarse la Vida”.

El siguiente paso era localizar al artista que las hiciera posible, recayendo el encargo en Víctor García Góngora, arquitecto y profesor de Arte de las Universidades de Sevilla y Montevideo (Uruguay), y en su hermano Manuel, experimentado maestro soplador de vidrio. Elaboradas en cristal noble en distintos tonos y capas en relieve termofundidas.

Vidriera para una vida / Diario de Almería

La secuencia vital se refleja de manera exquisita en el programa iconográfico, de incomparable mérito y sufragado íntegramente por nuestro protagonista. El proceso de ubicación -siguiendo el sentido de las agujas del reloj- se inició en 2013 con el rosetón que campea en la fachada principal: el útero de la Virgen María que acogerá el embrión de Jesús. Le siguen dos óvalos más, ocupando la pared Este: un ovocito con su núcleo, dos cuerpos polares, zona pelúcida y corona radiante (coronados por acero corten); y Oeste: un corte anatómico del útero gestante con el feto (de 40 semanas) presto a nacer. Es decir: fecundación, gestación y parto. A falta de la cadena de ADN humana y de una madre amamantando al niño, dos nuevas vidrieras se sumaron seguidamente, igualmente a Este y Oeste:

1ª) Embrión en fase MÓRULA

2ª) Embrión en fase BLÁSTULA

¿Su Santidad vendrá en alguna ocasión a bendecir las vidrieras de la iglesia de Turre?

Valgan por último las palabras en diciembre de 2016 del Papa Francisco:

“Por eso Jesús ha comenzado su camino en María, transcurriendo los primeros meses de la vida en el vientre de la madre: no ha aparecido ya adulto y fuerte, sino que ha seguido todo el recorrido del ser humano. Por tanto, “se ha hecho en todo igual a nosotros, excepto en el pecado”. ¿Santidad: vendrá en alguna ocasión a bendecir las vidrieras de Turre?

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