Los vigilantes del 'Zapillo Beach'

El termómetro sobrepasaba los 30 grados, el mar estaba como una balsa de aceite y la bandera verde presidía en lo alto de los puestos de vigilancia en la playa del Zapillo.

A pesar de este ambiente de tranquilidad, siete socorristas de la empresa Sport Salvament vigilaban con sus prismáticos desde lo más alto de las cabinas. No hay lugar a la distracción, y mucho menos si está en juego la vida de algún ser humano. "Tenemos la responsabilidad de estar pendientes de todo lo que ocurra hasta la bolla, pero como disponemos de dos motos de agua, en ocasiones nos vemos obligados a realizar el trabajo que también le corresponde a Salvamento Marítimo", explica Daniel Peinado Álvarez, coordinador del servicio de Salvamento y Socorrismo de Sport Salvament.

Peinado es el responsable de un equipo compuesto por 23 socorristas que se encuentran repartidos por las playas de Cabo de Gata, Costacabana, Retamar y Almería. Disponen de 6 bases de salvamento, 6 equipos de oxigenoterapia y todo el material necesario de rescate de agua.

En ocasiones estas medidas no son suficientes, porque cada año muere un bañista a causa de una decisión irresponsable. "La gente se piensa que es un juego y se adentran demasiado en el mar. Algunos no se dan cuenta que pueden sufrir una bajada de tensión, un calambre o simplemente un ataque de cansancio. Aconsejo que naden en paralelo a la costa y aunque haya bandera verde no se alejen de la playa. Será mucho más fácil rescatarlos", indica.

Las banderas tienen el mismo significado que los semáforos. La verde indica que se pueden bañar, la amarilla que nade con cuidado y no se aleje mucho y la roja que queda completamente prohibido meterse en el agua.

Todos los años muere alguien a causa de un corte de digestión. Peinado se despide con un consejo universal: "Después de comer hay que meterse al agua poco a poco. Mojen las muñecas, la nuca y el estómago. Si no lo hacen les puede costar muy caro".