Almería

Un yacimiento de agua climatizará hasta 3.000 hectáreas de invernadero

  • El objetivo de este proyecto es evitar enormes y costosos tendidos de líneas de suministro como en el caso del gas natural

Un yacimiento de agua caliente podrá climatizar unas 3.000 hectáreas de invernadero a bajo coste y con cero emisiones de CO2 en el campo de Níjar. La fuente de energía geotérmica fue encontrada casi por casualidad por un joven ingeniero agrónomo cordobés afincado en Almería, Carlos Díaz, en su propio invernadero. Ahora grupos de inversores han firmado compromisos económicos de hasta 6 millones de euros para que ponga en marcha la primera planta que garantizará 12 meses de producción lineal, con la misma temperatura las 24 horas del día y libre de plagas, lo que supondrá una ventaja competitiva capaz de desbancar a competidores como Marruecos en la carrera por el mercado Europeo. La implementación del sistema permitiría generar hasta unos 4.000 nuevos empleos en el campo de Níjar, además de otros 7 de alta cualificación en cada una de las 20 estaciones que gestionarían el yacimiento al 100% de sus posibilidades. El hallazgo cuenta ya con los permisos de investigación estatales y el soporte tecnológico de una multinacional holandesa (IFTEC), que durante los dos últimos años ha trabajado con el desarrollador del modelo en Almería para generar un sistema de estaciones modulares, pequeñas plantas o microinstalaciones que tomarán energía del mismo yacimiento pero acercando la fuente natural a las diferentes explotaciones. El objetivo es evitar enormes y costosos tendidos de líneas de suministro como en el caso del gas natural. Asimismo, el Estado ya se ha hecho con los derechos sobre las 21.812 toneladas de CO2 que dejarán de emitirse a la atmósfera utilizando esta energía limpia una vez instalados los primeros 3,5 MW, pero sólo el yacimiento de Níjar podría proporcionar 1.500 MW de potencia energética térmica, 1,5 veces más que la central eléctrica de Carboneras (funciona con Carbón y ocasiona unas emisiones a la atmósfera de más de 6 millones de toneladas anuales en pleno corazón del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar). El modelo es aparentemente sencillo, puesto que se trata de utilizar la temperatura del agua encontrada a 1.500 metros de profundidad para dar calor a los invernaderos durante el invierno y evitar el efecto de las heladas o los cambios climáticos que, entre otros efectos, provoca la aparición de hongos y enfermedades. Controlando esta variable en el sistema de producción la calidad en esa estación será uniforme y libre de micro craking, el mal que hace al tomate almeriense enfermar durante su largo recorrido en camión hasta los mercados de Europa del norte. La misma fuente energética servirá para generar el efecto contrario en el verano, aportando frío para poder alargar la campaña.

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