Andalucía

Moreno y Marín le regalan sus primeros 100 días a Casado y Rivera

  • El presidente de la Junta y su vicepresidente comparecen juntos tras los primeros 100 días de Gobierno del cambio

Moreno y Marín le regalan sus primeros 100 días a Casado y Rivera

La fórmula andaluza de Gobierno es lo que persiguen en estas elecciones generales los líderes de PP y de Ciudadanos, Pablo Casado y Albert Rivera. El presidente de la Junta y su vicepresidente, Juanma Moreno y Juan Marín, han comparecido juntos ahora que se cumplen los 100 días de la Presiencia del cambio en Andalucía en lo que es una suerte de regalo para Pablo Casado y Albert Rivera al final de la campaña. La coalición ha funcionado, ha dicho Moreno, para seguir: "Más que le pese a algunos, aquí hay Gobierno para rato". "La verdad es que ha sido más fácil de lo esperado, teniendo en cuenta que hay dos elecciones en ciernes y eso siempre provoca cierta sobre excitación", ha indicado el presidente de la Junta.

Marín y Moreno podían haber esperado a los 100 días de Gobierno, no de la toma de posesión del presidente, lo que hubiera colocado la rueda de prensa la semana próxima, ya después de las generales.

El balance de Moreno y Marín es satisfactorio, han cumplido con los 21 compromisos que adquirieron para los 100 primeros días de Gobierno; es cierto que ése fue un documento muy bien trabajando, pensado para ser cumplido y que la mayor parte de ellos son puestas en funcionamiento de dichas medidas. Otras sí son palpables: se han bajado los impuestos y se están aplicando en los hospitales un primer plan de choque para intentar reducir las listas de espera. Otras son casi cantos al sol: la reforma del Estatuto de autonomía, por ejemplo, de la que depende el fin de los aforamientos.

Por lo que se refiere al ciudadano, el Gobierno de Moreno y de Marín han actuado con transparencia en los nombramientos y han sacado a la luz los problemas ocultos en sanidad y en dependencia. Otra cosa es que sean capaces de aliviarlo. Para sus votantes, que confiaban en un cambio para que comenzase una ambiciosa rebaja fiscal, no ha habido decepción. Moreno y Marín se vienen quejando de la consabida herencia recibida, y es verdad que hay facturas chocantes como los 762 millones de euros que se deben pagar por sentencias contrarias. Pero no es menos verdad que Susana Díaz le dejó las cuentas ajustadas, tanto a deuda como a déficit público. "Inhabilitar políticamente al anterior Gobierno", como ha sugerido Moreno, es demasiado.

Si la experiencia andaluza se puede extrapolar a nivel nacional, Pablo Casdo y Albert Rivera tampoco tendrían muchos problemas para confeccionar una coalición. El problema de ambos, sin embargo, está fuera de San Telmo: en el Parlamento, donde Vox está liderando una batalla contra las leyes de igualdad de género. No es un secreto, porque Rivera lo ha dicho, que la fórmula que persigue es la misma: PP y Ciudadanos juntos, con Vox fuera.

Juanma Moreno ha tratado de convencer a los periodistas de lo que no es: que el acuerdo con Vox es con el PP. No, es con el Gobierno, y por eso no es casual que la Junta esté solicitando a los trabajadores de los juzgados encargado de las evaluaciones de violencia de género y de menores sus datos sobre colegiación, que es lo que Vox solicitó al Parlamento.

En ese sentido, este Gobierno andaluz aún no ha pasado por la prueba definitiva de su solidez, y es que Vox le apruebe los próximos Presupuestos autonómicos. Sin ello, no habrá estabilidad. Y Vox sigue pidiendo dos derogaciones: la de la ley de violencia de género y la de memoria histórica. Lo que Moreno ha descartado es que el resultado electoral del domingo condicione la vitalidad de este Gobierno: "Nuestro acuerdo es de legislatura, llueva, granice o haga viento". 

  

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