Andalucía

Aumenta el recelo de Ferraz hacia el PSOE andaluz

  • De ensoñación en ensoñación, los condenados del caso ERE y la dirección de su partido confían ahora en que el Tribunal Supremo les devuelva la razón

Susana Díaz, el pasado viernes en la sede del PSOE andaluz en un acto contra la violencia de género.

Susana Díaz, el pasado viernes en la sede del PSOE andaluz en un acto contra la violencia de género. / María Jesús López/Europa Press

"Hemos sido unos ilusos". Uno de los condenados por la sentencia del caso de los ERE reflejaba de este modo la estupefacción con la que acogieron ellos y sus defensas el fallo de la Audiencia de Sevilla el pasado lunes. Tan convencidos estaban de que la ley anual de Presupuestos daba cobertura legal a muchos de los acusados que se había implantado la creencia de que Manuel Chaves saldría absuelto y que José Antonio Griñán sería condenado, en el peor de los casos, por prevaricación. Y nunca por malversación de fondos, ya que consideraban válido el precedente del Tribunal Supremo, que no apreció este delito en el caso de este ex presidente y, a la vez, ex consejero de Hacienda.

Ábalos no gustó entre la militancia, sólo estableció un cortafuegos alrededor de Sánchez, y Susana Díaz tardó 48 horas en ser entrevistada

De ensoñación en ensoñación, lo que ahora se está trasmitiendo a las bases es que el recurso de casación en el Supremo les dará la razón, que "todo se quedará en aguas de borrajas", cuando la realidad es que este tribunal no puede alterar los Hechos Probados y cuando ya propuso la imputación de los dos ex presidentes, aunque sólo por el delito de prevaricación. Es el guindo en el que aún vive agazapada la dirección del PSOE andaluz, que entiende que las dos victorias de Pedro Sánchez en Andalucía -el 28 de abril y el 10 de noviembre- es una prueba de que Susana Díaz puede recuperar la Junta, cuando los datos revelan un castigo de los electores a ella misma.

En Ferraz no hay dudas sobre la necesidad de sustituirla. A la derrota del 2 de diciembre, se suma la sentencia de los ERE y lo que aún resta de comisión de investigación de la Faffe, los dos últimos factores no son atribuibles a ella, pero sí dejan lastrado a un partido del que Ábalos aseguró que había que regenerarlo. José Antonio Viera, condenado a siete años de cárcel, fue secretario provincial del PSOE de Sevilla cuando José Caballos se rebeló contra Chaves, y Susana Díaz fue su secretaria de Organización. Prácticamente, cualquier dirigente de más de 40 años tiene vínculos orgánicos con los sentenciados. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue consejera en los Gobiernos de Chaves. De Salud. 

Uno de los errores de percepción del PSOE fue creer que este caso sólo afectaba a los Gobiernos de Chaves y a los responsables de la Consejería de Empleo José Antonio Viera y Antonio Fernández. Cuando José Antonio Griñán se convirtió en presidente, trazó una línea roja con los anteriores Ejecutivos, pero él mismo dimitió ante la certeza de que la juez Alaya podría imputarle. Y tanto Chaves como Griñán tuvieron que dejar sus escaños cuando Susana Díaz quiso levantar el mismo muro defensor, ése que tan bien ha descrito el periodista Manuel Pérez Alcázar en su libro Delfines y Tiburones, cuando Chaves telefoneó a Griñán y le soltó: "Pepe, Susana nos ha matao".  

Ferraz cree que Susana Díaz debe ser sustituida para resetear al PSOE andaluz, pero la prioridad de Sánchez es el Gobierno

La sentencia admite pocos detalles, no se ha movido un ápice de la teoría defendida por la instructora Mercedes Alaya: hubo fraude al maquinar un procedimiento ilegal de concesión de ayudas y la ideación afectó al propio presidente de la Junta, si bien los magistrados de la Sala Primera no han suscrito los motivos de ello y la existencia del régimen clientelar. A excepción de este detalle, la sentencia podía haber sido redactada por la Fiscalía o por Alaya.

La respuesta que dio el PSOE andaluz fue el silencio. Juan Cornejo, secretario de Organización, salió a hablar ante la prensa cuando se acordó con Ferraz que haría lo propio su homólogo federal, José Luis Ábalos. Pero, después, se implantó el silencio; nadie más habló en Andalucía y tuvo que ser el extremeño Guillermo Fernández Vara quien fuese defendiendo esa noche a los ex presidentes Chaves y Griñán. A este último lo ha alabado hasta el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Nadie más en el PSOE andaluz habló porque la dirección decretó que bastaba con lo de Cornejo. Y así estuvieron hasta que Susana Díaz viajó a Madrid para conceder una entrevista en La Sexta.

Cuando la ex presidenta habló en ese programa se colocó en el mismo nivel de responsabilidad frente al caso. "Ni yo ni Pedro tenemos relación", equiparó la ex presidenta con una sentencia que sentó muy mal en la sede de Ferraz.  "Pedro debía ser concejal en Madrid y ella era la segunda de Viera", apunta uno de los sanchistas andaluces. La diferencia de criterios entre estos es que algunos sostienen que el secretario general debe apartarla o señalar a otra persona mientras que otros esperan a que se abra el proceso congresual y, casi de modo espontáneo, surjan los competidores.

Sánchez ya le ofreció la presidencia del Senado antes que a Miquel Iceta, pero la rechazó. Este mismo jueves confirmó que su plan es seguir al frente del PSOE andaluz y uno de sus escuderos, Manuel Jiménez Barrios, afirmó el viernes en Canal Sur TV que ella tiene ganas: "Tiene el apoyo mayoritario del partido y está muy armada mentalmente". 

La reacción de Ferraz tampoco ha sido bien vista entre la militancia andaluza. Ábalos compareció para trazar el cortafuegos alrededor de Pedro Sánchez y poco más. No gustó, no hubo ninguna muestra de comprensión hacia algunos de los condenados. En las próximas horas sí se espera una valoración más cariñosa de Pedro Sánchez. Una semana después. 

   

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