Andalucía

Susana Díaz retorna a los clásicos con un Gobierno maduro y político

  • La presidenta amplía en tres el número de consejerías, se trae a Rosa Aguilar de Madrid y rescata la polémica Consejería de Empleo. Los rectores de Sevilla y Málaga, en Economía y Educación, independientes, han sido azotes del ministro José Ignacio Wert.

Un Gobierno experimentado, ampliado y más político y técnico a la vez. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha tirado del manual del Gobierno clásico para conformar su segundo Ejecutivo, un retorno al viejo esquema de la tríada socialdemócrata Educación, Salud y Economía con un vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios, neutral entre los tres grandes poderes, al que se suma la guinda de Cultura, que se abandonó cuando la prioridad de oro era reducir el número de consejerías. La jibarización del Gobierno mediante la fusión de departamentos y la creación de macroconsejerías como la de Salud y Bienestar Social y la de Educación y Empleo no ha dado buenos resultados, y es eso lo que ha querido corregir Susana Díaz con el retorno de tres consejerías: Cultura, que estará dirigida por la ex ministra Rosa Aguilar; Empleo, la verdadera patata caliente del Ejecutivo que pasa a ser regida por José Sánchez Maldonado, hasta ahora en Economía; y Bienestar Social, que se desliga de Salud y mantiene a la consejera María José Sánchez al frente.

De 11 consejerías pasa a 13 y la edad media del Ejecutivo aumenta, hay cinco personas con más de 60 años y otras tres que los cumplirán a lo largo de esta legislatura. Y la paridad se conserva pero a duras penas, porque se respeta el equilibrio de porcentajes 60%-40%, del que resultan seis mujeres de un total de 14 si se cuenta a la propia presidenta. Sin ella, son ocho hombres en un Ejecutivo de 13 consejerías. Pero a la experiencia que aporta una Rosa Aguilar o un Felipe López, un resistente de la política jiennense, hay un interés claramente político detrás de la incorporación de dos rectores andaluces, los de Sevilla y Málaga, Antonio Ramírez de Arellano y Adelaida de la Calle, respectivamente, que pasarán a ejercer un fichaje en forma de pinza al Ministerio de Educación. Ramírez de Arellano, que en Economía mantiene las competencias de universidades y Adelaida de la Calle, en Educación, fueron los dos rectores más críticos con las reformas del ministro José Ignacio Wert. De la Calle dirigió la Conferencia de Rectores (Crue) y abrió expediente a Íñigo Errejón por su contrato con su universidad. Ambos catedráticos son de formación científica, uno físico y la otra bióloga, lo que hasta ahora ha sido raro en los ejecutivos andaluces.

A las incorporaciones de Rosa Aguilar, Felipe López y los dos rectores, se suman los titulares de Salud, Aquilino Alonso, y Agricultura, María del Carmen Ortiz, que tienen perfiles más técnicos. De hecho, el primero era viceconsejero del mismo departamento y la almeriense dirigía el Ifapa, el instituto de agricultura y pesca que sucedió a Desarrollo Agrario y Pesquero (DAP). El onubense José Fiscal pasa a dirigir la Consejería de Medio Ambiente, donde ya estuvo en el gabinete de la desaparecida Cinta Castillo y, posteriormente, fue director general de Cambio Climático. Actualmente, era el delegado del Gobierno andaluz en Huelva. Esta provincia y Almería vuelven a contar con consejeros en el Ejecutivo. El sevillano Javier Fernández completa la lista de las incorporaciones. El nuevo consejero de Turismo es una persona de la confianza de la dirección del PSOE sevillano, y en especial de Verónica Pérez y de la propia Susana Díaz. Su nombre ya sonó cuando la presidenta confeccionó su primer Ejecutivo en septiembre de 2013.

La recuperación de la Consejería de Empleo es la novedad más sustanciosa. Este departamento fue eliminado después de que estallasen los casos de los ERE y de los cursos de formación, se le echó el cierre y sus competencias y trabajadores fueron repartidos entre Educación y Economía con pésimos resultados. El dinero de las políticas activas de empleo ni se llegó a gastar mientras que la cifra de parados en Andalucía no  bajaba del millón a pesar de que Susana Díaz se lo marcó como objetivo hace casi nueve meses. José Sánchez Maldonado se hace cargo de esta complicada consejería, que estará en esta legislatura en el punto de mira si se confirma la comisión de investigación  de los cursos de formación. Empleo tendrá las competencias del fomento empresarial.

La ex ministra Rosa Aguilar retorna al Gobierno andaluz, donde ocupó el departamento de Fomento cuando dejó la Alcaldía de Córdoba e Izquierda Unida. Curiosamente, Cultura fue lo que le ofreció el presidente Griñán cuando salió del Ayuntamiento, pero lo rechazó, por lo que pasó a Fomento. Este cambio produjo uno de los hechos más rocambolescos de los nombramientos de Gobierno, ya que Griñán confirmó a su titular, el sanluqueño Luis García Garrido, por la mañana, para eliminarlo de la lista por la tarde para dar cabida a la ex alcaldesa de Córdoba. El gaditano Manuel Jiménez Barrios se consolida como el hombre fuerte del Ejecutivo y de la máxima confianza de la presidenta. Conserva el cargo de vicepresidente, que heredó coyunturalmente con la salida de Diego Valderas, y que lo convertirá en presidente mientras Susana Díaz  esté de baja a causa de su embarazo.

La presidenta dará a luz a mediados del mes de julio. Jiménez Barrios llegó al Ejecutivo hace apenas dos años al departamento que también dirigió Díaz en los últimos meses del presidente José Antonio Griñán. Es uno de los dirigentes del PSOE de Chiclana, que es actualmente el de mayor peso en la provincia de Cádiz. Junto a Díaz también se quedan en ese círculo más estrecho el secretario general de Presidencia, Máximo Díaz Cano, y el portavoz, Miguel Ángel Vázquez. El fiscal Emilio de Llera seguirá al mando de la Consejería de Justicia, un departamento desde el que ha podido prever, al menos, los pasos de las importantes  instrucciones por casos de corrupción.

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