No tardó Juanma Moreno en replicar a Juan Espadas, cuando le cuestionó por la sanidad, que el último Gobierno socialista sufrió una manifestación de 50.000 personas en contra de su política sanitaria. "Usted también", le replicó el aspirante socialista en relación a las últimas protestas. "50.000, no", zanjó el candidato popular a la presidencia en el debate a seis, celebrado esta semana en La 1 de televisión.

La Marea Blanca iniciada en Granada en el otoño de 2016 por la unificación de los hospitales Clínico y Virgen de las Nieves fue una de las espoletas que acabó por detonar la Junta tras las elecciones de 2018. La reacción de los partidos ante el impacto electoral del deterioro de la sanidad pública en la comunidad es hijo de aquellos 50.000. La pandemia del Covid 19 hizo el resto. La socialista Susana Díaz reaccionó tarde y una vez desbordada por el problema: 15 hospitales y 24 centros de salud prometió en la campaña de hace cuatro años, además de televisión gratis en todos los hospitales antes de 2019. Ahora Moreno le ha añadido el wifi. 

El PP, que nunca pensó que pudiera gobernar en 2018, inundó de propuestas su campaña de réplica ante el nuevo escenario que se abría entonces. La mayoría de las iniciativas de imposible cumplimiento con sólo un presupuesto al año. Ahora quiere revalidar su estancia en en el Palacio de San Telmo con un epígrafe que dice: "Salud, lo primero". Seis nuevos hospitales y más de 40 centros de sanitarios y ambulatorios son sus medidas estrella. Con una pequeña salvedad, las infraestructura anunciadas y recogidas en un plan hasta 2030 se podrán ejecutar "de acuerdo con la disponibilidad de financiación". Hasta los programas electorales llevan cláusula de suelo.

En estos casi cuatro años de mandado, el presidente Moreno casi ha aplicado la cirugía de precisión a sus actuaciones en materia sanitaria. Marketing en estado puro con obras escogidas e impulsadas en muchos casos para dejar en evidencia los retrasos durante la gestión del PSOE. Así ha inaugurado casi planta a planta y quirófano a quirófano el Hospital Militar de Sevilla "después de que los gobiernos socialistas lo cerraran e iniciaran su desmantelamiento", destaca el PP como principal hito atribuible en esta provincia durante el llamado Gobierno del cambio. El centro sanitario todavía le permitirá cortar más cintas si continúa de presidente porque aún no está completo.

El centro de salud de Villanueva en Córdoba, "que el PSOE estuvo 12 años prometiendo", el "histórico" centro de salud de San Pedro Alcántara en Marbella, el de Bola de Oro en Granada, paralizado una década, el de Casa del Mar en el barrio Pescadería de Almería, clausurado desde hacía tres lustros. Un goteo salpicado por la geografía de la región. 

En Granada empezó todo y Moreno tuvo claro desde el inicio que el objetivo era desactivar las protestas surgidas en esa provincia, así como en Málaga y Cádiz por el proyecto del SAS de unificar los servicios de los dos principales hospitales. Así que dio marcha atrás. Pero su partido ya prometió en 2007 un nuevo hospital en la zona norte, en Huéscar. "¿Es cierto que se va abrir?", preguntaba un participante en un foro ciudadano dos años después. Los populares lo mantuvieron en 2018: "Conseguiremos que los hospitales de Órgiva y Huéscar sean una realidad". Es cierto que no dijo cuándo. Al final, para el de la Alpujarra consiguió 190.000 euros para el proyecto y lo arrastra para su posible segundo mandato. Las protestas de los vecinos de la zona se suceden por el incumplimiento. El de Huéscar, sin embargo, ha desaparecido de los papeles o resulta muy difícil de encontrarlo en el programa del partido. Pero los afectados, resignados, hasta ahora ni se han quejado ni se ven preguntas por los chat.

Huelva es la provincia con menos inversión por habitante, destacaban los populares hace cuatro años. No parece que el centro de salud de Isla Chica haya conseguido acortar el desequilibrio. Es el principal hito en materia de Salud que ha recibido en este periodo.  Ahora anuncian el Hospital Materno Infantil en el Juan Ramón Jiménez, además de cuatro centros de salud, dos ambulatorios y, de nuevo, el de Alta Resolución en El Condado. Aunque el SAS también ultima un acuerdo con la empresa gaditana Pascual para hacerse con el privado Blanca Paloma, una operación similar a la anunciada en Málaga con otro centro de la misma firma para un centro sanitario dedicado a enfermos crónicos. 

Jaén es objeto de deseo del PP. La posibilidad de triunfar en las urnas en el histórico feudo socialista no se puede descartar. Moreno ha prometido redactar el "proyecto y ejecución" de la ciudad sanitaria. Repite asignatura pendiente de 2018. A tenor de los logros que resalta la formación popular en estos últimos cuatro años, tampoco la han tenido entre ceja y ceja para asignarle inversiones, más allá de la nueva UCI del hospital de Úbeda.

Los nuevos hospitales de Málaga, el tercero que se asentaría en la ciudad, y Cádiz son otra vuelta al programa anterior. En el caso del primero, la inversión supera los 375 millones de euros y debe hacerse con financiación público-privada. Pero la Junta aún no ha despejado qué ventajas disfrutará la empresa a cambio de costear la millonaria obra.

La provincia malagueña es la de menor ratio de camas por habitante en Andalucía. Un modelo, sin embargo, que ya parecía superado. Con una cirugía cada vez menos invasiva y la posibilidad de las altas en horas para reducir el riesgo de infecciones, las necesidades eran otras. O así al menos se defendía desde la Administración hasta hace muy pocos años. Pero llegó el covid, los largos ingresos hospitalarios y las UCI saturadas . El recuento de camas fue fundamental hasta para pasar de fase durante los peores meses de la pandemia. Así que los nuevos centros sanitarios han sustituido a las carreteras como las grandes promesas electorales.

Claro que no todo es ladrillo en la sanidad. El PP, por ejemplo, se comprometió en 2018 a terminar con el déficit de pediatras que sufría la provincia de Córdoba. Hace una semana, el sindicato Médico estimaba que faltaban una veintena de estos especialistas.