Sector ganadero

Los ganaderos se plantan: "Si no llueve, estamos muertos"

Los ganaderos, incapaces de hacer frente a los gastos para mantener a sus animales por la sequía. / Juan Carlos Vázquez Osuna

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· Victoria Flores

No va a llover de aquí a 15 días. Francisco Javier Soto ha dejado de mirar las previsiones de AEMET. No importa cuantas veces actualice la página web en su móvil, solo se espera sol y calor este mes de mayo.

En su finca de Las Pajanosas el paisaje es desolador. Por estas fechas, la hierba debería estar verde, frondosa y superar los 50 centímetros, hoy se encuentra ante hierba seca que no crece más allá de los 15. Al mirar a los árboles la cosa no mejora, las ramas más bajas de las encinas han perdido sus hojas y el calor hace que las bellotas caigan antes de alcanzar el tamaño necesario.

"La hierba no dejaría ver a los becerros", recuerda Francisco Javier mientras ve como estos corren a sus anchas tras sus madres. "Es que creemos que estamos en julio y agosto pero es que estamos en mayo", apunta.

Subida de precios

La falta de pasto hace que los animales se tengan que alimentar con pienso, algo que "no es normal en esta época del año". 

Francisco Javier cuenta que los insumos superan en un 22% su precio habitual, aunque han bajado desde el inicio de la guerra de Ucrania, cuando lo sobrepasaban en un 40%. El ganadero va más allá al hablar de la situación de la paja: "No hay paja en el sur por culpa de la sequía y la poca que estamos encontrando esta un 40% o un 50% más cara".

Aparte del gasto que esto supone por sí mismo, apunta que hay que sumar los salarios de nuevos trabajadores puesto que alguien tiene que llevar la comida a los animales. No puede recortar ahí.

Se agota el agua

En la Dehesa El Roque, nombre del terreno, hay 590 vacas y toros. Las hembras consumen entre 15 y 20 litros de agua al día, los machos 60. Las cuentas no salen. En los pequeños embalses del recinto apenas queda agua. De aquí a un mes se secarán las lagunas que quedan.

Rita pasea por una de las lagunas de la finca, hoy seca. Rita pasea por una de las lagunas de la finca, hoy seca.

Rita pasea por una de las lagunas de la finca, hoy seca. / Juan Carlos Vázquez Osuna

Para poder dar de beber al ganado están aprovechando el agua que se acumula en los pozos de la finca. "Trasladamos unos 10.000 litros cada dos días", dice. Dos de los cinco pozos que tienen están ya secos y tienen que esperar varios días a que se llenen con aguas subterráneas. A esto se añade que un trabajador tiene que coger un vehículo y trasladarla, más dinero.

Al año suele llover entre 500 y 600 litros, pero este año han caído poco más de 200. Este ganadero señala que necesitan que llueva, no ya para que el pasto crezca "con eso ya no podemos hacer nada", si no para poder dar de beber a los animales.

1.000 euros más por animal

De media, subraya que el precio por animal ha subido en unos 1.000 euros. Como muchos compañeros del sector, menciona la posibilidad de sacrificar animales. "La decisión no está tomada todavía, pero algo vamos a tener que hacer porque no podemos tener tantísimo gasto", lamenta.

Francisco Javier explica que los animales no pueden estar en malas condiciones, "las vacas tienen que estar alimentadas y gordas", y si la situación actual no cambia, la cosa va a estar muy complicada.

Vacas destinadas al consumo cárnico. Vacas destinadas al consumo cárnico.

Vacas destinadas al consumo cárnico. / Juan Carlos Vázquez Osuna

Aún así, se apresura a explicar que, aunque ellos lo están pasando mal, son conscientes de que otros ganaderos lo están pasando aún peor. El sevillano profundiza en la situación que están viviendo las macrogranjas, donde ven cómo les han subido los costes de los insumos, la luz o el agua. "No me lo quiero ni imaginar", dice.

"Llover, lloverá en octubre, pero entonces ya estaremos muertos", zanja.

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