JORNADA

La revolución del ‘slow fashion’: hoja de ruta para hacer sostenible tu armario

  • Grupo Joly y Fundación Cajasol organizan la jornada ‘Sostenibilidad y slow fashion: claves para el futuro de la moda’, para analizar el cambio que está experimentando esta industria hacia la economía circular

La moderadora de Grupo Joly, Magdalena Trillo junto a los cinco expertos en moda y sostenibilidad (de iqda. a dcha.):Susana Álvarez, Johanna Calderón, Fernando Claro, Blanca Delgado y Nuria Fábregas.

La moderadora de Grupo Joly, Magdalena Trillo junto a los cinco expertos en moda y sostenibilidad (de iqda. a dcha.):Susana Álvarez, Johanna Calderón, Fernando Claro, Blanca Delgado y Nuria Fábregas. / Reportaje gráfico: Juan Carlos Muñoz

¿Sabías que el 40% de las prendas que llegan importadas a España no se consume? ¿Que solo utilizamos el 30% de la ropa que tenemos en el armario y que nos ponemos una prenda una media de cuatro veces antes de que nos cansemos de ella y la desechemos? Son datos preocupantes que se desprenden del Informe Económico de la Moda en España 2022, que fueron expuestos y debatidos ayer en un nuevo evento organizado en Sevilla por Grupo Joly con la colaboración de la Fundación Cajasol, titulado 'Sostenibilidad y slow fashion: claves para el futuro de la moda'.

Y es que lo sostenible ha pasado en muchos casos de ser tendencia a política de empresa. En la industria de la moda, cada vez son más las marcas y profesionales que viran hacia una alternativa más respetuosa, cada día emergen nuevas firmas que buscan ser sostenibles en su totalidad o parcialmente, y prácticamente, no hay empresa que no intente al menos alguna acción para ser ‘más verdes’ y estar concienciada con el entorno. Elásticos ecológicos para bañadores que vienen de Ucrania, hilos hechos a partir de microplásticos recogidos del mar, tintes naturales para telas, sedas en lugar de acrílicos, talleres de proximidad para empoderar a las comunidades locales...etc.

"Me gustaría ser la abanderada de la sostenibilidad en la moda flamenca”, aseguró Johanna Calderón

Todo ello es sostenibilidad, sí, pero, en un mundo en el que cada vez comprar moda es más inmediato y tenemos exceso de ropa en los armarios, ¿Cómo se puede ser sostenible? ¿Qué alternativas existen para el concepto fast fashion que brindan webs como Shein? ¿Hasta qué punto no es el precio de la ropa en principal condicionante para el cliente? El objetivo de la jornada, moderada por la periodista Magdalena Trillo -asesora de transformación digital de Grupo Joly-, era reflexionar en torno a estas cuestiones y debatir las claves que marcan el futuro de la moda en lo que a desarrollo sostenible se refiere.

Uno de los momentos del debate, celebrado en la Sala Chicarreros de la Fundación Cajasol, en Sevilla Uno de los momentos del debate, celebrado en la Sala Chicarreros de la Fundación Cajasol, en Sevilla

Uno de los momentos del debate, celebrado en la Sala Chicarreros de la Fundación Cajasol, en Sevilla / J. C. MUÑOZ

Una jornada que contó con la participación de cinco ponentes, todos expertos en este sector: Fernando Claro, brand manager de CLARO Couture; Johanna Ortiz Calderón, diseñadora madrileña fundadora de la marca Johanna Calderón; Susana Álvarez, diseñadora andaluza berlinesa directiva creativa de la firma SÁ y directora creativa de Laboratorium; Blanca Delgado, del departamento de Marketing y Comunicación, Fashion Branding y Transformación Digital de ESSDM Escuela Sevilla de Moda; y Nuria Fábregas, fundadora de la firma andaluza Senda Tribe, dedicada a promover la moda ética con un fuerte enfoque en la artesanía y en las comunidades locales.

"La vida útil de una prenda de ropa está en 4 usos, antes de que la desechemos del armario", recordó Fernando Claro

El debate arrancó con el concepto de sostenibilidad, ¿Qué es y qué implica, frente al fast fashion? Lo aclaró Fernando Claro, cuya firma es una de las casas de moda y de alta costura a medida más importantes de España. “Moda insostenible es lo que todos conocemos. El slow fashion implica todo lo bueno que la moda insostenible no tiene: poca fabricación, bajo demanda, costura a medida (fabricas para un único cliente), tiene fabricación de proximidad, tiene poca generación de residuos, que es un grave problema... ”.

El CEO de CLARO Couture introdujo una nota crítica, alegando: “no me termino de creer la moda sostenible porque otro de los hándicaps es el consumo: no hay consumo suficiente. Hasta que la demanda de slow fashion no supere la oferta de la moda insostenible no va a haber un cambio de paradigma. La moda sostenible es más una concienciación que un mercado. Ahora mismo, a lo mejor hay un 1% a nivel mundial”, subrayó.

Aspecto en el que discreparon otras invitadas, como Blanca Delgado, profesora en la ESSDM Escuela Sevilla de Moda. “Yo creo que la sostenibilidad a día de hoy es una realidad y va a perdurar mucho tiempo. Nosotros en la Escuela intentamos formar a la futura cantera para que aprendan a valorar los tejidos, su durabilidad, que sepan que cualquier material no vale. Hace 10 años de sostenibilidad se hablaba muy poco. Hoy algo se está haciendo ya pero queda mucho por hacer”.

“Para mi la moda sostenible es la que es buena para las personas y para el medio ambiente”, expresó Nuria Fábregas

Para Susana Álvarez directiva de SÁ, firma ecológica de autor, “la moda sostenible no es solo usar un tejido ecológico, sino controlar todo el proceso, desde que compras la fibra, hasta que pasa por el diseñador, que técnicas usa éste, qué transporte usas tú para que impacte lo menos posible en el medio ambiente. Esto es un grave problema, sobre todo ahora con el auge de la cadena Shein, que ya está afectando a Zara o a Mango, porque producen una colección nueva cada 5 o 6 días. ¡Eso genera tantas toneladas de ropa! ¿Qué hacemos con todo eso?”, cuestionó.

La emprendedora gaditana Nuria Fábregas, que también desarrolla una faceta formativa impartiendo talleres de moda sostenible en colegios e institutos, reivindicó el slow fashion “como una filosofía de consumo. Producir de forma slow es un crear producto exclusivo, por eso adaptar esa filosofía a una gran cadena de producción o es todavía muy complicado”. La joven aseguró que en los talleres que imparten desde Senda Tribe “vemos que tenemos un gran problema, porque los adolescentes, ya están consumiendo en Shein o en Primark porque es barato” e hizo hincapié en que “hay que concienciar hoy a quienes serán consumidores en 5-6 años.

"Una sostenibilidad 100% es imposible, pero sí puedes elegir materiales no contaminantes”, matizó Susana Álvarez

La diseñadora Johanna Calderón, que triunfó en la pasada edición de la pasarela We Love Flamenco con su colección A mar, aseguró que “en el ámbito que más difícil es la sostenibilidad es en la moda flamenca” porque hay “más limitación de tejidos y materiales para crear volúmenes”.

La sostenibilidad social

El debate dio para tocar otras múltiples aristas del tema, como el término de la sostenibilidad social que introdujo Johanna. “A mi Shein me propuso hacer una colección y vender un vestido de mi marca en su web a 12 euros. Entonces me puse a investigar qué había detrás, y el coste era ¡que lo cosían niños en China! Hay que ver quiénes son las manos que lo hacen y los envíos cómo se hacen. O también me ha pasado que he estado buscando talleres, donde me han dicho ‘somos 50 personas cosiendo pero dados de alta somos 25’. Hay que mirar también esa sostenibilidad social”.

Susana Álvarez (a la dcha.) junto a otras profesionales de la moda que asistieron al evento. Susana Álvarez (a la dcha.) junto a otras profesionales de la moda que asistieron al evento.

Susana Álvarez (a la dcha.) junto a otras profesionales de la moda que asistieron al evento. / J. C. MUÑOZ

“Exacto”, apoyó Nuria, “es que el precio que tu no estás pagando lo está pagando alguien por detrás, como esos niños de China que hacen las camisetas baratas”. “Totalmente, hay que ver en qué condiciones está hecha una camiseta que vale dos euros”, avaló también Blanca. “Esto lo podemos trasladar también a los arreglos: cuando cuesta más arreglar una cremallera de un pantalón que comprarnos un pantalón nuevo, ¡es que tenemos un problema!”, exclamó.

“La sostenibilidad debe ser un valor añadido para el cliente, para que sepa por qué la prenda tiene ese precio”, opinó Blanca

En esta línea, para intentar paliar estas situaciones, Susana Álvarez abogó por la necesidad de que “se hagan más controles, inspecciones y auditorías económicas en las firmas de moda y sus talleres”, y puso como ejemplo la firma italiana Gucci “que vende sandalias por 800 euros, pero es que no hay ya artesanal italiano. Antes, lo producían artesanos italianos por 25 euros pero luego llegaron otros que se lo hacen por 15 euros. Hay mucha picaresca en el sector”.