Ramón Gómez Vivancos, el último romántico de Almería

OBITUARIO

Introdujo la pita en El Toyo, bautizó la zona de Bayyana, ideó unos premios de prestigio, creó el Automóvil Club, estuvo cerca de traer Eurodisney e impulsó ferias agrícolas, amén de ser cónsul de Suecia y formar parte de la primera embajada almeriense ante el Rey Juan Carlos I

Ramón Gómez Vivancos  encabezó la primera comitiva de la Cámara de Comercio de Almería ante el Rey Juan Carlos I, obsequiándole con el Sol de Oro
Ramón Gómez Vivancos encabezó la primera comitiva de la Cámara de Comercio de Almería ante el Rey Juan Carlos I, obsequiándole con el Sol de Oro / D.A.
Ramón Gómez-Vivancos García

Almería, 14 de diciembre 2025 - 10:41

En diciembre de 2024 falleció un enamorado de Almería, mi padre. Ya pasó todo un año, el de la ausencia de un almeriense de pro que ejerció de ello sin más interés que el amor por su tierra, proeza inusual para los tiempos que corren. Desde sus primeros trabajos comerciales llevó como insignia el nombre de Almería por cualquier lugar, más allá de los límites provinciales y de las fronteras nacionales. Su primer sello, imborrable y visible, se fraguó al plantar miles de pitas en la zona de El Toyo en los años 50. Con un socio portugués, las importó de Mozambique para intentar aprovechar el sisal de la planta, pero el escaso rocío de las mañanas almerienses dejó a las pitas enclenques en comparación con las originales de Mozambique. El negocio se desestimó, pero aquellas pitas han terminado por conformar un paisaje emblemático para Almería por los siglos de los siglos.

Otro marchamo que dejó en su tierra para la eternidad fue el bautismo de toda una zona de la capital, la de Bayyana, quien le debe su nombre al fundar en 1972 un extraordinario complejo de dos plantas con una gasolinera, servicios para el automóvil y hostelería, que denominó como Bayyana. Recuerdo en casa, siendo muy pequeño, el día que se le ocurrió ese nombre árabe, el de la antigua ciudad portuaria donde hoy se encuentra Pechina. Lo que él no sabía es que toda esa área y alrededores, incluso al pasar por la actual autovía, iba a conservar de forma perpetua el nombre de Bayyana.

Al unísono del exitoso funcionamiento de la gasolinera, mi padre ideó los Premios Bayyana a los almerienses del año que, desde 1972, se comenzaron a entregar anualmente tras solemnes cenas con la flor y nata de la sociedad almeriense en el restaurante del complejo, sufragadas todas ellas de su propio bolsillo. Unos premios de verdad, de categoría, con un jurado apolítico e imparcial que premiaba la iniciativa de los almerienses más destacados de aquellos tiempos. Gracias a dichos premios un escritor como Gómez Arcos volvió a España y a su Almería natal por primera vez tras su exilio. A su tierra viajó Biosca, el primer almeriense que jugó un Mundial de Fútbol, estando en activo los premios hasta 1985, arribando anualmente hasta esa fecha numerosas y destacadas figuras de todos los ámbitos que, en el caso de no vivir en Almería, sufragaban ellos mismos sus desplazamientos (algunos desde EEUU) dada la importancia de los premios.

Otro proyecto que puso en marcha fue el automovilismo en Almería con la creación primero, y presidencia después, del Automóvil Club Almería, logrando un hito inigualable para nuestra ciudad y provincia, e incluso para España, como fue la salida del Rallye de Montecarlo desde el Paseo de Almería durante dos años consecutivos, a comienzos de los 70, portando con orgullo el nombre de Almería a la llegada de la prueba a Montecarlo, sobre todo en su encuentro personal con Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, quienes le preguntaron por una ciudad hasta ese momento perdida en el mapa. También organizó la primera y única Vuelta Automovilista a España, con salida en Almería.

Lo que se le resistió fue la implantación de Eurodisney en Almería, habiendo mantenido contactos con emisarios norteamericanos que llegaron a celebrar una comida con él en El Alquián y que eligieron a Almería para la ubicación de Disneyland. Solo las absurdas disputas políticas entre varias autonomías nacionales abortaron un proyecto que para los directivos de Disney tenía una idónea ubicación, Almería.

Otro hito de su dilatada vida (aun siendo este obituario muy reducido para su extensa trayectoria) fue la puesta en marcha de las ferias comerciales en Almería (Expo Solar, Expo Agro y Expo Energías) a través de su presidencia en la Cámara de Comercio de Almería que, desde 1979, revitalizó y modernizó. Asimismo, fue Cónsul de Suecia en Almería ante sus recepciones en el Palacio Real del Pardo con el Rey Gustavo de Suecia. En clave real, también encabezó la primera comitiva de la Cámara de Comercio de Almería ante el Rey Juan Carlos I, obsequiándole con el Sol de Oro de Almería.

Realizó más y más actividades en beneficio de su amada Almería imposibles de ubicar en este espacio pero, ante la segura incredulidad de quienes hayáis llegado hasta el final de este obituario, no ha recibido ningún reconocimiento por parte de las instituciones públicas de su amada Almería. Pagó quizá el haber sido apolítico e independiente en estos tiempos de incultura, enchufes y amiguismos. Descanse por y para siempre en paz.

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