El amor de Andrea | Crítica

Hijos sin padres

Una imagen del filme de Martín Cuenca rodado en Cádiz.

Una imagen del filme de Martín Cuenca rodado en Cádiz.

Pensamos un poco en Ozu, al menos durante el primer tramo de esta hermosa y triste película sobre hijos sin padres y padres ausentes, una película que se abre a la luz limpia de Cádiz, sus calles y su Bahía, afortunadamente no a su bullicio y sus tópicos, para contar con ella, siempre desde la mirada de una adolescente solitaria en busca de respuestas, una historia de iniciación y acceso a la madurez desde el desconcierto y la inadaptación.

Martín Cuenca (Caníbal, El autor, La hija) encoge el cuadro realista en busca de lo esencial y fija su reto en extraer verdad de unos recorridos, unos tiempos, unos actores naturales y unas pesquisas que tienen como objetivo el reencuentro de una hija con su padre años después de que este abandonara el hogar. El filme se abre así a la revelación paulatina de los secretos, las razones y los motivos, sin apenas sobresaltos dramáticos, llevado por la cadencia, la lógica, la obstinación y las rutinas de una joven que, a su vez, ha tenido que suplir el lugar de la madre (trabajadora) en el cuidado de sus hermanos pequeños y las tareas del hogar.

Inasequible al desaliento, Andrea, interpretada con una lograda mezcla de fragilidad y determinación por la debutante Lupe Mateo, persigue ese amor paterno perdido y tal vez imposible esquivando obligaciones y espiando a hurtadillas, convencida de que sólo el cara a cara podrá liberarla de su nudo. Y, en efecto, el filme camina lentamente hacia la emoción de un encuentro y la devolución de una mirada, también hacia la constatación de una decepción inevitable.

No hacían ni siquiera falta algunas muletas dialogadas (el profesor) ni algunos carteles institucionales de contexto (patriarcal). El amor de Andrea termina siendo un sutil filme feminista en su fe en la posibilidad de reeducar a la generación (fracasada e inmadura) de los padres como piedra desde la que levantar otras relaciones posibles.