Así se elabora la receta tradicional de la carbonara, y recuerda: la de verdad 'no lleva nata'
RECETA OFRECIDA POR GAROFALO
Aprende a elaborar la receta original de rigatoni a la carbonara
La carbonara de verdad no lleva nata, sino una fusión de huevo y queso que se funden con el mismo calor de la pasta y el agua de la cocción y que se adereza con guanciale, el bacon italiano
Elaborar una carbonara de verdad es un arte. La receta tradicional, de la que puede ser la forma más famosa de cocinar la pasta, proviene de Roma, aunque ha sufrido tantas interpretaciones que a veces se conoce como carbonara a la que no es la originaria. Y recordemos algo esencial en esto, y por lo que los italianos suelen "enfadarse": la carbonara no lleva nata.
Lleva huevo, guanciale y queso (pecorino o parmesano, o ambos como este caso). Te contamos el paso a paso, pero primero, recopila todos los ingredientes que vas a necesitar.
Trocea el guanciale, separa las yemas de los huevos, ralla los quesos y mide la pimienta. Ten todo preparado previamente y a mano.
En una sartén antiadherente, sin añadir aceite ni mantequilla, dora el guanciale. En este paso conseguirás que suelte la grasa y que le aporte un sabor único a la carbonara. Una vez dorado, resérvalo, y reserva también la grasa para usarla posteriormente.
Llenamos una olla de agua y la ponemos a ebullición, una vez rompa a hervir, añadimos sal y cocemos la pasta hasta que quede al dente. Siguiendo las instrucciones del paquete, retirádola un poco antes de que termine de cocerse.
Mientras se cuece, en un bol mezcla las yemas de huevo, los quesos rallados, la pimienta y una cucharada del agua de la cocción. Mezcla todo bien con una varilla, asegurándote de que los ingredientes se integren completamente. Añade un poco de la grasa de guanciale que reservaste para enriquecer la salsa.
Agrega la pasta a la sartén con la grasa de guanciale y un poco del agua de su cocción. Mezcla bien para que la pasta se impregne de todos los sabores. Este paso es crucial para que la pasta absorba la esencia del guanciale y se mezcle armoniosamente con la salsa.
Apaga el fuego y añade la mezcla de huevo y queso a la pasta, removiendo bien para que el calor de la pasta cocine ligeramente el huevo, creando una salsa cremosa sin que esta se cuaje. Incorpora más trozos de guanciale para intensificar el sabor.
Sirve la pasta en platos, añadiendo un extra de guanciale por encima, más queso Pecorino rallado y una pizca de pimienta negra. Este último toque no solo realza el sabor, sino que también da al plato una presentación más apetecible. Ahora toca disfrutar del sabor de la verdadera salsa carbonara en estos rigatoni.