Streaming | Crítica

Un lenguaje de hoy y atemporal

  • Diego Vaya logró el Premio Ciudad de Badajoz con ‘Streaming’, un poemario de gran literatura

El autor sevillano Diego Vaya.

El autor sevillano Diego Vaya. / D. S.

La pandemia, como cualquier episodio traumático, nos dejó literatura –buena y mala–. Muchos han sido los libros que se han publicado en torno al hecho. Ensayos, novelas, poemas. Hoy padecemos un hartazgo de todo lo relacionado con aquella historia –un hartazgo personal y también, claro, un hartazgo literario–. El tema pandémico nos suena cansino, repetido, previsible. Salvo que hablemos de la mejor literatura.

Buena literatura –en algunos tramos me atrevo a calificar de extraordinaria– es la que leemos en el último libro de poemas de Diego Vaya (Sevilla, 1980), Streaming, cuyo primer poema arranca con una imagen que nos recuerda a aquellos meses de confinamiento parcial, con los cierres de los comercios a las siete de la tarde y con ese aire de apocalipsis que pesaba sobre nuestras calles. "Es la hora en que se encienden las ventanas. / No queda nadie fuera, / pero resuenan pasos en el aire. / Se replican noticias / de fronteras cerradas, de curvas, de contagio…" leemos en los primeros versos del libro. Se trata de un poema con definiciones sobrecogedoras. Con un cuidado por la palabra que desprende oficio e inteligencia. Todo ello desde una escena familiar, cotidiana, de la que Vaya se nutre y nos deja ensimismados, y a veces entusiasmados, con su colección de reflexiones e imágenes.

"Y siento el río como una versión / gastada de sí mismo", escribe Diego Vaya en uno de los poemas que componen la segunda sección de Streaming. El poeta sabe cómo nombrar la sensación de una imagen, de un recuerdo, del hecho que acontece. Y todo ello con un tono reflexivo, sentencioso, solemne sin forzadas gravedades. Lo que nos proporciona una lectura, como decimos, con numerosos logros.

Cubierta del libro. Cubierta del libro.

Cubierta del libro. / D. S.

En los poemas de Diego Vaya predomina un verso libre que conserva la musicalidad y el ritmo. Y en los que, a pesar de recurrir a temas relacionados con la familia, no se incurre en el sentimentalismo naíf. Se salva así el difícil riesgo que se asume al abordar el poema al hijo, a la madre, etc. Un ejemplo es el cierre de Pasillos: "Duermes junto a tu madre: os miro, / y de repente todo lo que soy / está entre un sueño y otro".Con ocho poemas, Diego Vaya nos entrega un libro que se aproxima a lo inmenso, que da testimonio de buena poesía. Tomando ese lenguaje de hoy, que es, claro, atemporal.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios