Era tarde de transistores y de rosario. De las de todo o nada, y lo cierto es que la UD Almería saltó al terreno de juego bien concienciada del trabajo que había que hacer, en busca de la victoria que le concediese la permanencia de forma matemática, pero sabiendo al mismo tiempo que una igualada podría servirle en bandeja el mismo objetivo, por lo que mantener la cabeza fría era otra de las consignas en las horas previas.

Dyego Sousa fue la incógnita despejada en el once de Rubi para tapar la ausencia por sanción de Luis Suárez, con El Bilal en guardia en el banquillo por si hubiera que recurrir al maliense de emergencia. Pese a que la elección del luso-brasileño no fue recibida con simpatía por la parroquia rojiblanca, lo cierto es que Sousa fue de los más activos durante la primera mitad, robando balones al rival ejerciendo la presión con mucho sentido y descargando de espaldas para sus compañeros, movimientos de los que se beneficiaron tanto Embarba como Lázaro Vinicius en los dos costados.

El partido se jugaba en el Power Horse, pero también en multitud de otros campos y los nervios se palpaban en el ambiente, particularmente en las filas visitantes, con un Valladolid que estuvo bastante perdido durante los primeros 45 minutos, facilitando contragolpes inusuales a los de Rubi, que no estuvieron acertados en la culminación. Pezzolano alineó un once eminentemente ofensivo con Darwin Machís, Gonzalo Plata y Larin en el frente de ataque, pero el equipo se le partió en dos, perdiendo por completo el control en el centro del campo y facilitando las salidas a la contra locales.

La primera acometida la protagonizó Embarba por la banda izquierda. El extremo madrileño montaba un buen contragolpe que finalizaba tocándola para Lázaro Vinicius, quien se la devolvía de primeras, disparando alto el exespanyolista. El Getafe perdía desde el primer minuto ante Osasuna y llegaban noticias de Mestalla, donde primero marcaba el Valencia y al poco neutralizaba la ventaja el Espanyol. Rebasado el ecuador del primer tiempo los de Bordalás restablecían el empate y todo volvía a la casilla de salida, que favorecía al Almería para alcanzar su meta.

La verdad es que los de Rubi no especularon en ningún momento. Al contrario, a la media hora de juego estuvieron muy cerca del 1-0 en otro contragolpe. En esta ocasión fue una estampida conducida por Melero para abrir sobre la posición de Lázaro y que el brasileño diera un sutil toque para su compatriota Sousa, que se topaba con el brazo de Masip en su desesperada salida para tapar portería. Hubo opción de intentar buscar otro ángulo, pero Sousa optó por disparar al muñeco y la mejor ocasión local era abortada.

Antes del descanso todavía tuvieron tiempo de cantar gol, esta vez a balón parado. Fue una falta lateral botada por Centelles al primer palo, donde Lázaro, omnipresente ayer, peinaba con la frente de la testa obligando a Masip a quitarse el esférico de encima como buenamente pudo. El Almería se gustaba y el resto de resultados al descanso le acompañaban, viéndose salvado a expensas de otros 45 minutos infartantes.

Lázaro se protege de una entrada acrobática de un rival

Las cosas se torcían al inicio de la segunda mitad con el 1-2 del Espanyol en Mestalla y el tanto del Cádiz en el Carranza ante el Celta de Vigo. Para colmo el Valladolid parecía haber hecho correcciones al descanso y se aproximaba con mayor peligro al área de Fernando. Darwin Machís probó fortuna con un disparo lejano que el meta murciano desviaba a córner y cinco minutos después era su compañero Larin quien se sacaba otro latigazo raso y cruzado que Fernando tocaba lo justo con los dedos para desviar.

La reacción unionista estuvo a la altura con una gran acción coral entre Sousa, Melero y Lázaro al borde del área resuelta por el ex del Flamengo con un obús repelido por el poste tras una gran dejada de Melero sobre su posición. Al borde del 60 era nuevamente Lázaro quien asumía la ofensiva con una galopada por su banda resuelta con otro fuerte disparo que embolsaba bien Masip. Tras el ímpetu inicial con llegadas a ambas áreas el partido se calmó tras el carrusel de cambios iniciado por Pezzolano.

Sousa levanta demasiado el pie ante un rival

Y a los 78' de juego Rubi se jugaba su as bajo la manga dando entrada a un renacido El Bilal Touré en sustitución de Dyego Sousa bajo una atronadora ovación. Intentó buscarse con más claridad el gol, pero los nervios por resguardarse de un varapalo aún mayor ya hacían mella y pesaban más que el hecho de jugársela en Cornellá en la última jornada. Un gol propio, uno del Valencia en Mestalla u otro del Osasuna en el Coliseum salvaban a falta de cinco minutos para el final a los almerienses, pero ninguno de los supuestos se daba. Al contrario, lo que llegó fue el 2-1 para los de Bordalás, complicándolo todo aún más. Ya en el descuento caía un esperanzador 2-2 del Valencia ante el Espanyol que cambiaba todo el panorama, ya que los catalanes llegarán a la última jornada ya descendidos, sin nada que jugarse.

Ahora tocará ratificar la permanencia en la última fecha en el feudo de un Espanyol deshauciado. El próximo domingo a las siete de la tarde se decidirá todo con seis equipos metidos en la pomada y un puesto en Segunda por asignar, comprimidos en 2 puntos entre los 41 de Cádiz, Getafe y Valencia, los 40 con los que figuran Celta y Almería y los 39 de los pucelanos con 39.