Un Almería repleto de temperamento y carácter salía de El Plantío, uno de los feudos más complicados del presente curso en Segunda, más vivo que nunca en sus aspiraciones de ascenso a Primera, siguiendo la estela del líder Eibar y metiéndole presión al Valladolid, que recibirá el lunes a la Real B. 

Para alcanzar la máxima categoría hay que tirar de épica como ante el Sporting y ganar también a domicilio en feudos difíciles, como hacía esta noche un conjunto rojiblanco en el que Rubi volvió a agitar el once con las novedades de entrada de Centelles, Samú, Eguaras y Appiah, dejando en el banquillo a Akieme, De la Hoz, Puigmal y Portillo. 

La apuesta era intentar tapar bien los pasillos centrales metiendo músculo en el centro del campo y buscarle las cosquillas al cuadro burgalés por los costados con la velocidad de Ramazani y Appiah, teniendo en cuenta que los de Calero salieron con defensa de tres centrales. 

El partido resultó trepidante de ritmo, con ambos conjuntos sin levantar el pie del acelerador prácticamente en los 90 minutos. Durante los primeros compases fue el Burgos quien llevó la iniciativa en las botas de Ernesto, que buscó el gol ganándole la espalda a Babic y recortando dentro del área al central serbio para disparar y toparse con la buena reacción de Fernando. 

Tras ese susto inicial el Almería se asentó en el campo y empezó a gustarse con un balón de Robertone al espacio para que Sadiq la atacase, forzando un despeje del meta Herrero que tras rebotar en un compañero casi deja la pelota muerta para el nigeriano. Era el precedente del 0-1, que iba a llegar en un balón en largo que Pozo recibía en el costado diestro para tocarla a Sadiq y éste a su vez asistir por debajo de las piernas de un rival sobre la llegada de Robertone desde segunda línea, fusilando el argentino raso y cruzado rebasado el cuarto de hora de juego.

El partido, bonito para el espectador, se estaba jugando de poder a poder y tuvo el 1-1 el cuadro local nuevamente en un buen disparo de Ernesto tras revolverse en el área que sacaba in extremis bajo palos Babic. En ese intercambio de golpes al poco era Ramazani quien disparaba a pase de Robertone y repelía Herrero, acción respondida por un testarazo alto de Grego Sierra.

En ese continuo toma y daca Pozo acarició el 0-2 con un buen zurdazo desde la frontal que el arquero burgalés desviaba a córner rozándolo con la yema de los dedos. Y justo antes del descanso los rojiblancos ampliaban distancias a balón parado, suerte que le está deparando puntos en las últimas jornadas. Un córner botado por Robertone lo cabeceaba Babic en el primer palo provocando que Grego Sierra no pudiera orientar su despeje, que salió hacia su propia portería. 

Robertone tras batir a Herrero

En la segunda mitad el partido mantuvo la chispa y las mismas revoluciones, sin que el Almería saliera a contemporizar ni a especular con el resultado. Tanto es así que las llegadas a ambas áreas fueron continuas. En el Almería al poco de regresar de vestuarios Ramazani mandó desviado un chut franco dentro del área y tiempo después Sadiq no elegía la mejor solución para definir al quedarse solo ante Herrero, eligiendo picarla cuando lo más idóneo hubiera sido disparar cruzado o al muñeco. 

El Burgos tampoco escatimó esfuerzos ofensivos. Así, el recién incorporado Guillermo no llegaba por el canto de un euro a rematar un buen servicio desde el costado diestro, Alarcón disparaba muy cruzado después y Grego Sierra enviaba fuera un peligroso cabezazo. La insistencia local derivó en un penalti señalado por empujón de Sousa en una falta sacada al corazón del área y entonces emergió la figura de Fernando en plan Cid Campeador. 

Era el minuto 88 y un gol traería la angustia a las filas indálicas. Valcarce cogió el balón, lo puso en los once metros y disparó centrado. Fernando lo detuvo y también reaccionó para repeler el rechace, clavando su rodilla en la tierra y quedando tocado, lo que no le impidió acabar el partido entre gestos de impotencia. Todavía en el descuento Lazo pudo sentenciar con el 0-3 en un meteórico contragolpe, pero su golpeo fue bien atajado por Herrero. 

El Almería salda una de las visitas más difíciles que le restaban con un triunfo que le mantiene la moral por las nubes para afrontar la recta final del mes de mayo consecutivamente ante Amorebieta, Real Sociead B, Alcorcón y Leganés.