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Almería tiene una obsesión: lograr la máxima eficacia en la gestión de los recursos hídricos

  • Las escasas lluvias y la explotación de los acuíferos hacen que las desaladoras y los trasvases de otras cuencas sean imprescindibles Administraciones públicas y sector privado actúan para que no se desperdicie ni una gota

Almería es una de las zonas de España en la que menos llueve, el deshielo de la nieve no es precisamente una gran fuente de suministro de agua, y los acuíferos subterráneos han sido muy explotados. Así que, descartado el autoabastecimiento por los recursos naturales, toca echar mano de otros recursos hídricos. Y en eso la provincia ha demostrado buen hacer en las últimas décadas y que la eficacia en la gestión se ha convertido en una obsesión para administraciones públicas y sector privado.

Recorrer la provincia de este a oeste y de norte a sur supone anotar en el cuaderno de bitácoras diversos elementos de acumulación de agua, tanto naturales como artificiales. Para empezar, están las masas de agua superficial, y en Almería hay 35, según los últimos datos facilitados por la Junta de Andalucía e incluidos en los documentos que forman parte del proyecto de revisión del Plan Hidrológico de las Cuencas Mediterráneas.

Concretamente, son 22 ríos, tres lagos, tres masas de agua de transición y siete de tipo costeras, como las Albuferas de Adra. Las últimas de tipo artificial en crearse han sido las de El Castañar (Fiñana) y Cañada de las Norias (El Ejido). En este último caso todavía está por ver cómo resolverán las administraciones públicas la situación de la conocida como Balsa del Sapo, que ha supuesto en numerosas ocasiones un problema cuando el agua acumulada se ha desbordado, provocando inundaciones de viviendas e invernaderos.

Las masas de agua subterráneas es otro de los recursos hídricos de la provincia, aunque no todas se pueden aprovechar para el consumo humano o el regadío de la agricultura, las dos principales demandas de agua que hay en Almería. Hay 24: 7 carbonatadas, 10 detríticas, 4 acuíferos de permeabilidad y 3 acuíferos mixtos. Estos acuíferos son una de las principales fuentes hídricas de la provincia, pero su explotación en los últimos años obliga a disminuir la dependencia de ellos.

Tal y como recoge el informe de la Junta de Andalucía, además de los recursos hídricos naturales, la provincia cuenta con dos grandes embalses de regulación (los pantanos de Cuevas del Almanzora y Benínar); dos trasvases externos (el del Negratín y el procedente del Tajo-Segura); y dos desaladoras de agua de mar y una desalabradora en servicio.

También hay que destacar la instalación de muchas plantas de tratamiento de agua en diferentes instalaciones privadas de todo el territorio almeriense, como, por ejemplo, los campos de golf. Pequeñas instalaciones que pretenden aprovechar al máximo la gestión del agua.

A la hora de analizar cómo se gestionan los recursos hídricos hay que tener en cuenta cuál es la demanda de agua de una zona, para así poder definir la oferta que ha de cubrirla. En Almería, según el cálculo del gobierno regional, el total de demandas ascenderá este año a los 507 hectómetros cúbicos, de los cuales el 84% corresponde a regadíos, 72 hectómetros cúbicos a consumo humano, 1,4 hectómetros cúbicos a ganadería, 1,5 a industria, y el resto al suministro de campos de golf y otro tipo de demandas.

En cuanto a las zonas donde hay más demanda, la capital es el mayor asentamiento humano y el Poniente requiere mucho agua para la agricultura intensiva.

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