Ponferradina-Almería

El Almería sale por fin a ganar y golea (1-3)

  • Zarpazo rojiblanco en el momento y lugar adecuado ante un rival menor que nunca dio la sensación de estar jugándose el descenso Ramírez, Duba y Pozo lo bordan en la primera mitad Quique pudo marcar 4

Querer es poder y al Almería se le vio ayer querer ganar el partido más que nunca desde el primer minuto. Ni sombra de especulaciones o planteamientos conformistas con el empate. El esquema era el habitual, pero por una vez el cuerpo técnico dio rienda suelta a sus hombres para ir a por el adversario y sumar tres puntos que matan varios pájaros de un tiro: sacan al equipo del descenso 28 jornadas después, rompen la mala racha de catorce meses sin ganar a domicilio e insuflan una dosis de moral para la recta final del campeonato.  

 

Los pibes de Gorosito fueron un vendaval en tierras bercianas ante una Ponferradina que tal vez acusara en exceso las bajas de Berrocal, Miquel, Melero y Aguza. De otro modo no se explica la indolencia mostrada por el conjunto blanquiazul, plano y falto de arrestos para presionar al rival, sin dar en ningún momento la sensación de estar jugándose el descenso para desesperación de Fabri en el banquillo.

 

Las grandes tardes las escriben los grandes futbolistas y sobre El Toralín se asociaron Pozo, Ramírez, Dubarbier y Quique para llevar por la calle de la amargura a toda la zaga contraria, en especial al lateral diestro, que anoche debió tener pesadillas con los dos argentinos.

 

No se habían terminado de acomodar los aficionados en el graderío cuando el Almería sorprendió a la adormecida defensa berciana con una apertura a banda de José Ángel en busca de Dubarbier para que éste a su vez la pusiera en el corazón del área. El balón no salía limpio tras golpear en un rival y ser rechazado por el meta Santamaría, pero allí estaba Ramírez con la caña preparada para estrenar su casillero de goles como unionista.

 

El partido se ponía a pedir de boca a las primeras de cambio, pero existía la duda de si la UDA iría en busca de la sentencia o daba un paso atrás como tantas veces ha repetido a lo largo del presente curso. La incógnita se despejaba pronto con un milimétrico pase en profundidad de Pozo para Quique, cuyo remate cruzado desbarataba Santamaría con una pierna salvadora.

 

El Almería gustaba y se gustaba, mientras la Ponferradina tardó un cuarto de hora en merodear el área de Casto en un remate del liberiano Jebor a la altura del punto de penalti detenido sin excesivos apuros por el arquero extremeño. Eran fuegos de artificio porque a esas alturas los de Gorosito dominaban ya a su antojo el ritmo y el tempo del partido.

 

Fue en ese impás cuando emergió con todo su esplendor la figura de Juan Ramírez, empeñado en convertirse en MVP del partido con dos robos de balón consecutivos a base de presión, fe y empuje. Primero le birló la cartera a Pavón, pero su pase dirigido a Pozo fue cortado por la zaga. En segunda instancia, apenas cuatro minutos más tarde, era Adán quien sufría el acoso de Ramírez, culminando esta vez la jugada con un duro remate al primer palo repelido por Santamaría.

 

Solo el reguero de faltas en la frontal del área inquietaban mínimamente los dominios unionistas, si bien Casado no anduvo inspirado en la ejecución de las mismas y Casto recriminó a sus compañeros que no hicieran más concesiones.

 

El Almería buscaba el tanto de la tranquilidad antes del descanso y llegó rebasada la media hora de encuentro en una acción coral en la que intervinieron Ramírez caracoleando en banda y descargando para Pozo, que asistía sobre la posición de Dubarbier para que el argentino centrase hacia la posición de Quique y éste culminara con la testa. 

 

El Almería estaba cuajando la mejor primera mitad de la temporada, solo equiparable al partido de estreno liguero frente al Leganés. El único pero tal vez fueran las escasas incorporaciones de Michel por la derecha, volcado como estaba el juego en el costado contrario. 

 

Iba a corregirse en una segunda mitad en la que no hubo atisbo de reacción por parte berciana. Al contrario, el Almería pudo descoser a goles a los de Fabri, teniéndolas de todas formas y colores. Saveljich no supo cómo desenvolverse en el área al recibir un balón franco para disparar a portería y no ceder al compañero, Quique estorbó un remate con veneno de Ramírez y Santamaría abortó una contra culminada por el propio Ramírez.

 

Fue Quique quien encontró el camino al gol en un buen remate a centro de Michel, estando la acción precedida por otro buen pase por encima de la defensa de José Ángel para Quique, que se topó con Santamaría. Caiado, ya en la recta final y sin opciones reales de remontada, hizo el tanto del honor local.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios