El Almería solo jugó en el descuento en el Metropolitano (2-1)
ATLÉTICO MADRID 2-1 UD ALMERÍA | La Crónica
Los de Rubi estuvieron 90 minutos contra las cuerdas, a verlas venir, y solo la fortuna evitó una goleada de órdago, pero pudieron igualar en la prolongación
Un soberbio Griezmann firmó los dos tantos del Atlético y bien pudo hacer una manita
El empate a uno del Almería lo hizo en propia puerta Giménez tras un regalo de Correa a Baptistao
El árbitro se comió un claro penalti de Carrasco sobre Puigmal en el descuento
En fútbol se puede ganar, empatar o perder. Otra alternativa es dar vergüenza ajena y eso es justo lo que hizo la UD Almería durante noventa insufribles minutos ante el Atlético de Madrid en los que Jan Oblak fue un espectador pasivo de lo que acontecía en el campo. Vale que los del Cholo Simeone se hayan ganado a pulso el título honorífico de equipo más en forma de la segunda vuelta (Baptistao dixit), pero un rival que lucha por eludir el descenso no puede salir tan sumamente acomplejado cuando actúa como visitante.
En esa imagen paupérrima lejos de feudo propio tiene bastante que ver Rubi. Para lo bueno y para lo malo este equipo lleva su sello. En el Metropolitano dispuso un plantel aculado en área propia, en bloque tan bajo que fue hilarante ver a Luis Suárez achicar vías de agua ejerciendo de improvisado lateral diestro en numerosas ocasiones ante el monumental despiste de Mendes, la incomprensible apuesta defensiva, que regaló una autovía por su carril a Carrasco, quien percutía una y otra vez como cuchillo en mantequilla por los dominios del francés.
Lo de dejar sentado en el banquillo a Arnau Puigmal, en pleno estado de gracia, sonaba a chiste malo, pero la incomprensible apuesta de Rubi se encaminó a Mendes en el carril para verlas venir y a Kaiky por el sancionado Chumi. El brasileño tampoco dio abasto para corregir los despistes de su compañero de fatigas. La única explicación plausible era reservar al catalán por estar apercibido al igual que Samu, Suárez o Ramazani y buscar la larga zancada del galo en las acciones ofensivas, sin mirar la rémora defensiva que supone.
Los peores presagios, por tanto, no iban a tardar en cumplirse. La resistencia duró 5 minutos y lo doloroso es que el 1-0 llegó a balón parado, esa suerte de la que gusta presumir cuando los goles caen a favor y mejor esconderla si llegan en contra. Saque de esquina botado por Koke al primer palo, donde Correa se agiganta para adelantarse a dos contrarios y prolongar el esférico al segundo palo para que Griezmann se anticipe a su vez a un pasivo Centelles y cabecee a la red el balón.
El plan de sobrevivir en busca del punto hacía aguas a las primeras de cambio. Lo peor, con todo, fue la impotente imagen de un equipo sin un ápice de fútbol en las botas para construir e intentar revertir la situación, aguantando estoicamente las constantes acometidas del Atlético, que bien pudo golear en el primer acto a poco de estar acertado. El propio Griezmann rozó el segundo a los once minutos en un intento de despeje de Samu que rebotó en el galo. Tres minutos después era un chut lejano de Koke por encima del larguero y en el 26' Correa se daba el lujo de probar una rabona dentro del área.
Rebasada la media hora de juego el recital de Griezmann ofrecía una buena conducción para culminar con un disparo con la diestra que se marchaba al lateral de la red. El Atlético estaba crecido ante un diminuto Almería y la confianza fue su peor enemiga. Correa dio un mal pase atrás que cayó en las botas de Baptistao para lanzarse hacia portería y disparar mientras Giménez se tiraba al cruce con tan mala fortuna para el uruguayo que tocaba el balón lo suficiente como para que se envenenase y Oblak no pudiera frenar un empate que dejó perplejo al personal por lo inesperado del mismo.
Pero la zaga indálica era una verbena ofreciendo concesiones y los colchoneros no perdieron la ocasión de irse al descanso por delante en el marcador. Fue en una acción personal de Carrasco, que recibió dentro del área y burló a Mendes con una facilidad pasmosa para poner el balón raso al corazón del área, donde Griezmann, increíblemente libre de marcha, remachaba a placer su particular doblete.
Gracias a la providencia no quedaba mucho tiempo para más y el crono marcó el 45'. Mantener a Mendes otros 45 minutos era darse un tiro en el pie, serigrafiado por Centelles en la banda opuesta. Pero no hubo movimiento correctivo al descanso. Nada se tocó y el escenario de agonía y sufrimiento se mantuvo intacto, con un centro del campo inexistente y dos delanteros buscándose la vida por su cuenta a la caza de un balón suelto.
El sometimiento fue similar al del primer periodo con un Griezmann soberbio. El galo rozó el 3-1 en una falta botada por Carrasco que tocaba y requería de una buena intervención de Fernando. El murciano evitó una goleada de época al sacar con la manopla después un disparo raso y cruzado de Llorente que acababa golpeando la cepa del poste y minutos después le taponaba un remate a bocajarro al mismo protagonista.
Resulta duro escribirlo, pero la necesaria corrección no llegó hasta que cerca de la hora de partido la musculatura de Mendes dijo basta y Rubi se vio en la tesitura de sustituirlo por Puigmal, si bien esa zona de la retaguardia seguía siendo una mina para el Atlético, que a los pocos minutos disfrutó de otro remate al palo, esta vez de Carrasco a pase de Griezmann y solo un minuto después el propio Griezmann lanzaba otro disparo al poste, el tercero, tras recibir una asistencia de Llorente.
Nunca se defendió peor con tamaña acumulación de defensas, pues Kaiky, Ely, Babic, Centelles y el recién ingresado Arnau no se bastaban pese a contar también con las ayudas de prácticamente el grueso del equipo. El milagro era haber alcanzado el minuto 62 con 2-1 cuando Correa dispuso de otra clara ocasión que tampoco supo definir.
En ese contexto lo más inexplicable fue alcanzar el tramo final del encuentro con solo un gol de desventaja en el marcador. Y de la forma más inesperada, en el 87', con suspense, Giménez sacaba con la ayuda de la mano uno de los pocos balones que habían merodeado el área colchonera tras centro de Puigmal. El árbitro casi se hace el sueco, pero las reiteradas protestas lo fuerzan a revisar la jugada en el VAR... para acabar señalando fuera de juego de Portillo. Y luego se comía un claro penalti de Carrasco sobre el propio Puigmal por agarrón. El Almería quiso hacerlo todo en el descuento y salió escaldado.
La derrota, no por esperada, obligará ahora a los rojiblancos a echar el resto el próximo sábado en casa ante un Athletic Club que se juega entrar en Europa. En una jornada en la que el Getafe suma un punto ante el Barça y el Valladolid asaltó La Cerámica vuelve a darse un paso atrás en las aspiraciones de permanencia en un mes de abril que se pone muy cuesta arriba.
Ficha Técnica
Atlético Madrid: Oblak, Molina, Hermoso, Giménez, Witsel, De Paul (Pablo Barrios, 78'), Koke (c), Llorente (Saúl, 91'), Carrasco, Correa (Morata, 64') y Griezmann.
UD Almería: Fernando, Mendes (Arnau Puigmal, 58'), Centelles, Kaiky (Embarba, 84'), Ely, Babic (c), Samu Costa, Robertone (De la Hoz, 68'), Melero (Portillo, 68'), Baptistao (Ramazani, 68') y Luis Suárez.
Goles: 1-0 (5'): Griezmann cabecea en el segundo palo una prolongación de Correa desde el primero también de cabeza tras saque de esquina. 1-1 (36'): Baptistao recibe una mala entrega de Correa, encara portería y su remate sale envenenado tras tocar en Giménez para burlar a Oblak. 2-1 (43): Griezmann, a pase de Carrasco.
Árbitro: Díaz de Mera Escuderos (castellano-manchego). Asistido en el VAR por González González. Amonestó a Babic (28'), Ely (49'), Llorente (77'), Pablo Barrios (90'+3') y Ramazani (90'+3').
Incidencias: Partido de la 29ª jornada de Liga Santander disputado en el Civitas Metropolitano ante 59.204 espectadores. Los locales lucieron su habitual indumentaria rojiblanca con pantalón azul y los visitantes lo hicieron de 'arena del desierto' para evitar coincidencia de colores.
También te puede interesar
Lo último