Arraigados a Almería gracias a la raqueta

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Los hermanos Guerrero Álvarez despuntan en las pistas españolas

Eva está entrenando en la Academia Sánchez Casal de Barcelona y Carlos en Torrevieja

Eva se dispone a realizar un derechazo.
Eva se dispone a realizar un derechazo. / Diario De Almería
Pablo Laynez

17 de mayo 2018 - 02:32

Hoy por hoy, nadie golpea la pelota de tenis en Almería mejor que la familia Guerrero Álvarez. Eva y Carlos, salidos cómo no de la interminable cantera del Club de Tenis Arco Iris de Aguadulce, llevan ya varias temporadas compitiéndose a altísimo por las pistas españolas nivel dentro de sus respectivas categorías. Aunque enorme, su mérito va más allá de ser magníficos deportistas todavía en formación.

Ella entrena en Barcelona, él lo hace en Torrevieja y ambos siguen teniendo su licencia en la Delegación Almeriense de Tenis, pese a poder sacársela en dos comunidades autónomas con un nivel tenístico muy superior. Incluso cuando vivían fuera de España por temas laborales de sus padres, venían a competir representando a su provincia en los Campeonatos de Andalucía y de España: "Siempre nos han apoyado en lo que han podido desde la Federación Almeriense, es donde aprendimos al jugar a tenis y por eso somos tenistas de Almería", admite Eva, mayor que su hermano Carlos, que piensa por el estilo: "Es un orgullo ser almeriense, me gusta mucho ir ahora que vivo y entreno fuera".

La trayectoria de ambos es magnífica, su palmarés está plagado de campeonatos pese a su edad. Por ejemplo, Eva ya es número 525 de la WTA y tiene por delante el reto de de conseguir un puesto en la selección española para los Juegos Mediterráneos de Tarragona 2018. Carlos, sin ir más lejos en el tiempo, ha sido reciente finalista del Conde Godo sub'14, donde posó radiante con Rafa Nadal, y ha ganado la Babolat de Andalucía, por lo que representará a la selección andaluza a nivel nacional.

Desde la distancia, tratan de seguir mutuamente la evolución del otro. "Le veo bien, está mejorando mucho, lo importante es que trabaje, tenga ganas e ilusión", le aconseja Eva a su hermano Carlos, estudiante todavía de 3º de la ESO y que conjuga a la perfección los estudios con el deporte. Como no podía ser de otra manera, en los reencuentro familiares la raqueta está siempre en las conversaciones: "Es inevitable hablar de tenis porque es parte de nuestra vida. Hay veces que recordamos historias de torneos, hablamos de calendario...", apunta la almeriense que sabe que en el deporte profesional prima el trabajo y la dosis de fortuna que todo el mundo necesita: "Desde luego yo voy a hacer todo lo posible por conseguir triunfar en este deporte, pero hay cosas que no dependen sólo de mí".

Entre Cataluña y la Comunidad Valenciana, sus padres también tratan de poner su granito de arena pedagógico, pues tan importante es saber digerir el éxito como el fracaso: "Nosotros sufrimos mucho viéndolos jugar. Es difícil que ellos coincidan, pues siempre están entrenando o jugando campeonatos. Carlos admira mucho a su hermana, es el mejor reflejo", en palabras de su madre. El futuro les espera.

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